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Un veterano de la Guerra de Corea dice que China impedirá el conflicto

Un excombatiente del conflicto coreano recuerda la contienda y asegura que la filosofía de los países grandes frenará el enfrentamiento
jue 09 mayo 2013 10:34 AM

Duan Keke fue testigo de un acontecimiento histórico, origen del enfrentamiento entre Corea del Norte y Corea del Sur, que hoy mantiene en vilo a la comunidad internacional. Este hombre de 80 años recibe a los visitantes con un firme saludo y unos caramelos. Se encuentra a las puertas del Hospital Militar Provincial en Henan, China, donde vive retirado desde hace años. Vestido con un uniforme militar de color verde olivo y una gorra de soldado; carga una vara larga que golpea contra el pavimento mientras camina.

“Gracias”, repite en coreano a los visitantes del hospital. Duan es un veterano de guerra chino que peleó y derramó su sangre en la Guerra de Corea. Hace 60 años, los ejércitos encabezados por Estados Unidos y China intervinieron en un conflicto entre Corea del Norte y del Sur , que se estancó y provocó la muerte de millones de personas. En 1953, ambas partes firmaron una tregua que dejó a la península coreana peligrosamente dividida hasta el día de hoy. En marzo, durante una campaña de provocaciones internacionales , el régimen comunista de Corea del Norte declaró inválido el armisticio.

En 1951, Duan tenía solo 18 años cuando se ofreció como voluntario en el Ejército Popular de Liberación de China. Ese año, poco después de que China se levantara de su propia y mortífera guerra civil, Duan fue enviado a ayudar a defender a los comunistas chinos contra las tropas respaldadas por Occidente que se encontraban en la península de Corea.

“La gente de Corea estaba sufriendo”, dice Duan. “Observábamos al pueblo coreano y todos habíamos vivido una guerra. Si ves China, la revolución, el conflicto con los japoneses, mucha gente murió”, prosigue Duan, mientras recuerda los años previos de conflicto en China.

“La gente coreana que trabajaba la tierra moría bajo el fuego de los aviones enemigos. ¿Qué podían hacer si no era trabajar? Los aviones simplemente llegaban y los bombardeaban. Teníamos que ayudar a proteger al pueblo coreano”.

Hoy, Duan dirige a los visitantes hacia una pulcra habitación del hospital que es su hogar por un pasillo oscuro, en el que están colgadas las fotos en blanco y negro de los héroes del Ejército chino. Además de un sobrino, Duan dice que no tiene más familiares vivos. Sus vecinos también son veteranos de guerra vestidos con uniforme de campaña. Los uniformes son una fuente de orgullo para ellos, pero también parecen una medida de seguridad del hospital en caso de que uno de ellos se aleje demasiado de las instalaciones.

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“Están preocupados por que los veteranos que llegaron del exterior del país se pierdan, así que cuando llegan los hacen vestir con uniformes para mantenerlos a salvo”, explica Duan.

Gran parte de lo que Duan recuerda de la Guerra de Corea parece girar alrededor de la excavación de trincheras, que según él, ofrecían protección esencial contra los aviones de combate estadounidenses. “Cavar trincheras no es fácil… No se trata de tierra, sino de rocas”, dice, y agrega que usaban sus bayonetas para romper las rocas.

Aunque las unidades militares chinas llevaban consigo traductores coreanos, Duan dice que no estaba permitido que los soldados chinos fraternizaran con los soldados coreanos.

Sin embargo, otro veterano de la Guerra de Corea relata que tuvo encuentros cara a cara con soldados estadounidenses. El exsoldado de infantería, You Jie Xiang, narra que su misión era vigilar a los prisioneros de guerra estadounidenses que tenían cautivos lejos del frente de batalla. “Era muy peligroso manejar a los prisioneros”, dice You. “Podían patearte, así que tenía que decirles que se quedaran de rodillas”. Duan dice que permaneció en Corea hasta 1953, cuando lo hirieron de gravedad durante la batalla.

Durante dos años, una de las misiones de Duan fue marchar hacia la cima de una montaña cargando explosivos en dirección hacia las tropas respaldadas por Occidente que estaban bien atrincheradas. Duan resultó herido al menos en dos ocasiones.

La escena de los ancianos veteranos de guerra vestidos con holgados uniformes contrasta con la visión de la China moderna que se ha desarrollado a su alrededor. Los años de hambruna y conflicto parecen estar lejos en la historia de un país que ahora es la segunda mayor economía del mundo y hogar de multimillonarios, brillantes rascacielos, lujosos centros comerciales y nuevos aeropuertos.

Los veteranos del Hospital Militar Provincial de Henan dicen que las nuevas generaciones de chinos saben poco acerca de las dificultades que vivieron en Corea. “Los jóvenes no saben, desde luego”, dice You, exsoldado de infantería que escoltó a los prisioneros estadounidenses. “Estas guerras ocurrieron hace décadas. La gente joven no tiene ni idea”.

Esta ambivalencia moderna hacia Corea del Norte tiene eco en algunos intelectuales chinos. Recientemente, Seng Yueng desafió abiertamente y por escrito la alianza del gobierno chino con Corea del Norte. Como resultado, perdió su empleo como subeditor del Study Times, una publicación periódica del Partido Comunista. “La actual actitud indiferente que Estados Unidos y China han asumido respecto de Corea del Norte se compara con la de (el ex primer ministro británico Neville) Chamberlain ante Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial”, dijo Deng en una entrevista reciente para CNN.

Deng argumentó que si Pyongyang sigue amenazando a sus vecinos en Asia, Beijing debería tomar medidas para meter en cintura al régimen , como congelar las cuentas norcoreanas en los bancos chinos. “Lo impredecible de las políticas de Corea del Norte demuestran que su naturaleza es peligrosa”, dijo Deng.

Los veteranos que arriesgaron su vida por Corea del Norte hace más de medio siglo tienen poco que decir acerca del gobierno actual de Pyongyang. Sin embargo, no parecen tener resentimientos contra sus antiguos enemigos estadounidenses.

Cuando un reportero estadounidense le preguntó si tenía algún mensaje para Estados Unidos, Duan respondió: “Los estadounidenses son un pueblo pacífico”. Junto a él, varios de sus compañeros veteranos asienten con la cabeza. “Creo que los estadounidenses no querían ir a la guerra (en Corea). La guerra es la muerte”.

Cuando se le preguntó si temía que volviera a estallar la guerra en la península de Corea, Duan manifestó su confianza en que el gobierno chino impediría que surgieran las hostilidades.

“El gobierno central se encargará. Se guían por las ideas de Mao Zedong”, dice, haciendo referencia al fundador de la China comunista. “Los grandes países no quieren la guerra y nosotros estamos en contra de la guerra; eso es lo que nos han enseñado”.

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