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Jorge Rafael Videla, el dictador que murió sin estar arrepentido

El militar que gobernó Argentina falleció por causas naturales a los 87 años, tras admitir su responsabilidad por al menos 8,000 asesinatos
vie 17 mayo 2013 11:54 AM

Jorge Rafael Videla reconocía su responsabilidad por los desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina (1976-1983), pero consideraba que "no había otra solución" y lo describía como "una guerra justa" en contra de una guerrilla que supuestamente buscaba instalar un régimen marxista en Argentina. 

Este viernes, el general de 87 años murió por causas naturales en una cárcel de la provincia de Buenos Aires, donde purgaba condenas de cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. 

Aunque no estaba "arrepentido de nada", según una carta que envió al diario La Nación en mayo de 2012sentía "dolor" y "un peso en el alma" cuando reflexionaba sobre el "drama" del cual fue "protagonista". 

En una entrevista dos años antes de morir, Videla dijo que de acuerdo con "estadísticas confiables, murieron entre 7,000 y 8,000 personas del oponente en la guerra contra el terrorismo". Según el grupo Abuelas de Plaza de Mayo, al menos 30,000 personas desaparecieron durante el régimen militar.

Videla ascendió al poder con un golpe de Estado en 1976, en el gobierno de Estela Isabel Martínez de Perón, y fue presidente de la Junta Militar hasta 1981, cuando lo sucedió el general Roberto Viola. 

Al momento de su muerte, purgaba dos condenas de cadena perpetua (1985 y 2010 ) por crímenes de lesa humanidad y otra de 50 años por el robo de bebés a presos políticos.

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Además, enfrentaba un juicio por los presuntos crímenes cometidos como parte del llamado  Plan Cóndor,  un operativo ente las dictaduras de varios países sudamericanos para perseguir a la oposición con métodos de represión ilegales, de acuerdo con la Dirección General de Cultura y Educación de Buenos Aires. 

Dos días antes de morir hizo una aparición pública en la corte. En esa ocasión dijo que había sufrido una "crisis de memoria" y se negó a declarar porque desconocía a la justicia civil, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias estatal Télam. 

Pasó sus últimos días escribiendo sus memorias y rezando junto a una modesta cama debajo de un crucifijo, con una escasa conexión con el mundo exterior, según un reporte de la agencia AFP.

Los casos en su contra

Dos años después de terminar la dictadura militar, en 1985, Videla fue condenado a cadena perpetua por la desaparición de ciudadanos y violaciones a los derechos humanos, pero fue liberado y absuelto cinco años después con un indulto dictado por Carlos Ménem. Pero el gobierno de Cristina Fernández declaró el perdón como inconstitucional.

En 1999, el juez español Baltasar Garzón  ordenó la captura de Videla y de otros militares y civiles argentinos por crímenes cometidos durante la dictadura.

Las Abuelas de Plaza de Mayo impulsaron un tercer juicio contra Videla que concluyó en 2012 con una condena de 50 años de prisión. La justicia argentina reconoció que existió un plan sistemático de robo de bebés en el gobierno militar. Junto con él, fueron condenadas otras ocho personas.

Entre los casos más emblemáticos de robo de bebés está el de la nieta de Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, cuya hija estaba embarazada cuando fue secuestrada, y el de la nieta del poeta Juan Gelman.

Su herencia militar

Videla nació el 25 de agosto de 1925 en Mercedes, y fue el tercero de cinco hijos. Siguió la misma carrera militar que su padre. En el Ejército obtuvo el grado de oficial de Estado Mayor, dirigió el Colegio Militar Nacional y se convirtió en jefe del Estado mayor. 

En 1975, la entonces presidenta argentina, Estela Martínez de Perón, lo nombró comandante en Jefe del Ejército. Un año después, el 24 de marzo, Videla participó en el golpe militar.

Durante su mandato impidió la actividad política partidista y sindical, suspendió las sesiones del Congreso Nacional e impuso censura en la radio y la televisión. 

También ordenó la quema de libros en una baldío de Buenos Aires donde ardieron más de un millón y 500,000 obras del Centro Editor de América Latina, según un reporte de AFP.

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