'Nadie está escuchando sus llamadas', dice Obama a los estadounidenses
La revisión de los registros de llamadas telefónicas de los estadounidenses y la monitorización de la actividad en internet en el extranjero son “modestas invasiones a la privacidad” que pueden ayudar a que los analistas de inteligencia de Estados Unidos frustren las actividades terroristas, dijo el viernes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
“Nadie está escuchando sus llamadas telefónicas”, dijo, para apaciguar a los estadounidenses preocupados por la posibilidad de que los agentes del gobierno estén escuchando las conversaciones privadas.
Estos comentarios fueron la respuesta a lo que, hasta el miércoles, eran programas confidenciales cuya existencia confirmó el jueves el director de Seguridad Nacional de Estados Unidos, James Clapper, quien dijo que los programas estaban limitados, son legales y esenciales para la seguridad nacional.
Hace tan solo tres meses, Clapper negó ante un comité en el Congreso que el gobierno estuviera involucrado en la recolección masiva de datos de millones de estadounidenses.
En un comunicado que se emitió el jueves, Clapper reconoció que Estados Unidos está reuniendo los registros de llamadas telefónicas locales para descubrir conspiraciones terroristas.
También confirmó de forma indirecta la existencia de un programa que usa información procedente de algunas de las principales empresas mundiales de servicios en línea —como Microsoft, Apple, Google, Yahoo y Facebook— para monitorear las actividades en línea de los ciudadanos no estadounidenses que viajen al extranjero.
Sin embargo, dijo que los reportes de los medios en los que se insinúa que se está efectuando una vigilancia generalizada a los ciudadanos estadounidenses y a sus hábitos de llamadas y de actividad en línea están completamente equivocados y ponen en auténtico riesgo los programas esenciales que protegen a los estadounidenses de los terroristas .
Clapper indicó que la revelación del programa de monitorización en internet era “reprobable” y señaló que el que se diera a conocer el programa de monitorización telefónica “amenaza con hacer un daño potencialmente duradero e irreparable a nuestra capacidad de identificar y reaccionar a las muchas amenazas a las que se enfrenta nuestro país”.
Las revelaciones han reactivado el apasionado debate acerca de qué tanta información se necesita para combatir el terrorismo y cuándo se trata de un peligroso exceso del gobierno.