La guerra de precios entre China y la UE alcanza a los vinos europeos
Los vinos franceses de Burdeos, los italianos de la Toscana y los riojas españoles podrían ser más costosos si China decide iniciar una guerra de aranceles con la Unión Europea.
Beijing inició el 5 de junio una averiguación acerca del dumping (política de precios ventajosa en relación con el producto nacional) y los subsidios en las importaciones de vinos europeos, como represalia a la decisión de la Unión Europea de aplicar aranceles de cerca del 12% sobre los paneles solares elaborados en China. El aumento en estos surge tras la acusación de la Comisión Europea a los fabricantes de paneles solares chinos de inundar el mercado con productos injustamente baratos.
A través de un comunicado, el Ministerio de Comercio chino señaló que “recibieron solicitudes de las empresas locales de vinos que acusaban a las empresas europeas de vinos de entrar al mercado chino con productos a un precio muy bajo, de recibir subsidios y otros beneficios injustos”.
China atacó hábilmente la industria vinícola de Europa porque "aunque no es esencial para la economía europea, es lo suficientemente simbólica como para tener un efecto inmediato en la mente y en los corazones de las personas", dijo Xu Bin, profesor de Economía y Finanzas de la Escuela de Negocios Internacionales China-Europa (CEIBS) con sede en Shanghái.
Si se desata una guerra de aranceles, “sería muy perjudicial para Francia”, explica Carl Crook, director gerente de Montrose Wines, uno de los principales importadores de vinos extranjeros en China. Francia es el principal exportador de vinos a China.
Sin embargo, Crook cree que una guerra de aranceles de corta duración podría ayudar a los importadores de vinos en China en el largo plazo. Entre 2002 y 2012, las importaciones netas de vino embotellado extranjero se dispararon casi en un 15,000%: más de 1,300,000 botellas.
Aunque una breve guerra de aranceles podría incitar a los consumidores chinos a beber sus reservas de vino importado y reabastecerse, una guerra prolongada podría tener un efecto ambiguo, habría ganadores y perdedores tanto en China como en todo el mundo.
“Los vinos del nuevo mundo están esperando su oportunidad”, dice Crook. “Australia, Chile, Argentina y Sudáfrica están bien posicionados”. Tanto Chile como Nueva Zelandia implementaron recientemente tratados comerciales con China con los que se redujeron a cero los aranceles a las importaciones de vinos, agrega Crook.
“No creo que sea bueno para nosotros (...) En efecto, estamos compitiendo con los vinos importados, pero esos vinos importados ayudan a educar a los consumidores. Si los consumidores conocen más, es mejor para todos”, dice Judy Leissner, presidente de Grace Vineyards, una marca de lujo china.
Leissner espera que la guerra de aranceles solo provoque un aumento temporal en las ventas y que los distribuidores de vinos chinos de renombre como Great Wall, Chang Yu y Dynasty sean los principales beneficiados. “Si los precios aumentan a causa de una guerra de aranceles, las empresas de vinos de China tendrán menos incentivos para mejorar”, agregó Leissner.
La Unión Europea y China tienen hasta principios de agosto para llegar a una resolución acerca de los aranceles. Si las negociaciones fracasan, la Unión Europea decidirá en diciembre si impondrá aranceles a los paneles solares por un lapso de cinco años.