El refuerzo de la seguridad fronteriza se cuela en la reforma inmigratoria
Legisladores estadounidenses buscan doblar el número de 21,000 agentes de la patrulla fronteriza que vigilan la frontera con México, completar un muro de 1,120 kilómetros de valla fronteriza, entre otras medidas, antes de que los inmigrantes indocumentados obtengan permisos de residencia, aspectos clave en la reforma inmigratoria.
La propuesta, negociada por un grupo de senadores demócratas y republicanos conocido como el Grupo de los 8, también pide el presupuesto de 3,200 millones de dólares en tecnología para mejorar la seguridad en la frontera.
Además, se busca la verificación trabajadores y controles de entrada y salida en la frontera antes que los 11 millones de inmigrantes que viven de forma indocumentada en Estados Unidos puedan obtener la tarjeta verde de residencia.
Los republicanos John Hoeven y Bob Corker presentaron la propuesta de enmienda este jueves, afirmando que la medida incorpora propuestas de los otros senadores para tratar de arreglar un sistema de inmigración que está roto.
Hoeven señaló que el proyecto de ley permitiría a los inmigrantes que ahora viven de forma indocumentada en el país obtener estatus legal temporal como "inmigrantes provisionales registrados", pero el aumento de las medidas de seguridad deberá quedar garantizado antes de otorgar ese beneficio.
El senador republicano Lindsey Graham, un miembro del Grupo de los 8, señaló que se necesitaría "un par de años" para entrenar y desplegar los nuevos agentes que duplicarían la fuerza actual.
El Departamento de Seguridad Nacional determinaría cuándo iniciaría la emisión de cartas de residencia, agregó Graham. También dijo que la medida incluiría el aumento de los cobros y otros mecanismos para pagar el costo previsto superior a 20,000 millones de dólares.
Otros miembros del partido Republicano, pertenecientes al Grupo de los 8, dijeron que apoyaban el plan.
El senador Marco Rubio aseguró que el plan mejoraría la seguridad fronteriza, mientras que el senador Jeff Flake dijo que espera que al menos 12 republicanos apoyen el proyecto de ley general.
"Este paquete de seguridad fronteriza aportará a algunos de los republicanos", dijo Flake. "Siempre hemos dicho que el proyecto de ley se podría mejorar en el proceso y esto es parte de esa mejora".
Quienes apoyan la medida quieren ganar al menos 70 votos en el Senado de 100 miembros, con la esperanza de que una mayoría sólida daría a la medida un impulso muy necesario para que sea aprobada en la Cámara de Representantes controlada por los republicanos.
A principios de esta semana, el presidente de la Cámara, John Boehner, dijo que será necesario el voto de los republicanos para aprobar la medida. "No veo ninguna manera de aterrizar una ley de inmigración que no tenga apoyo de la mayoría de los republicanos”, aseguró.
Algunos senadores republicanos conservadores se mostraron escépticos de que la propuesta haga frente a sus preocupaciones.
"El Senado está a punto de cometer el mismo error de la legalización de las personas sin asegurar la frontera", dijo el senador Charles Grassley, quien llamó al plan "más promesas vacías". Jeff Sessions dijo que el plan significa una “amnistía".
Los republicanos conservadores se oponen al plan ya que proporciona un camino a la ciudadanía para la mayoría de los 11 millones de inmigrantes que viven sin documentos en Estados Unidos. Llaman a esa medida una amnistía para los violadores de la ley, y temen que esos votos se los lleven los demócratas en las elecciones futuras.
Los líderes y legisladores republicanos moderados creen que el partido se enfrenta a consecuencias electorales si es acusado de bloquear la reforma inmigratoria, una de las prioridades del presidente Barack Obama.
En la elección del año pasado, Obama ganó una fuerte mayoría del voto hispano, por lo que estrategas republicanos han advertido que habrá resultados similares si el Partido Republicano es considerado hostil con los inmigrantes.
Rubio dijo que la alternativa a la reforma inmigratoria es mantener un sistema que no funciona, que ha dado lugar a problemas citados por los opositores de la legislación.
El vicepresidente Joe Biden hizo un apasionado llamado a favor de la reforma este jueves, afirmando que "es hora de que aprobemos una reforma justa —firme pero justa— para que estos 11 millones de inmigrantes indocumentados salgan de las sombras".
Llamar a la legislación "lo moralmente correcto," Biden dijo que "no es una exageración, en mi opinión para sugerir, que para la gente que nos importa, estamos en la cúspide de nuestra generación la esperanza de hacer historia y rima."
Una encuesta de CNN/ORC International dada a conocer esta semana mostró que una mayoría de los estadounidenses, el 62%, ve como prioritaria la seguridad fronteriza en comparación con un camino a la ciudadanía para los indocumentados.
Los demócratas están divididos sobre dicho asunto, según la encuesta, mientras que los independientes y los republicanos piden solo enfocarse en la seguridad fronteriza.
Tom Cohen y Paul Steinhauser colaboraron en este reporte.