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Momentos escalofriantes y caóticos después del choque de Asiana

Los primeros rescatistas en responder al choque del vuelo 214 de Asiana Airlines describen momentos escalofriantes y caóticos
mar 09 julio 2013 08:02 AM

El teniente de bomberos David Monteverdi acababa de terminar de atender otro llamado en el Aeropuerto Internacional de San Francisco cuando se escuchó la llamada a su radio: "Alerta 3. Choque de aeronave”.

Aún con su equipo de seguridad puesto, Monteverdi miró a través de la ventana de la terminal y lo que vio lo preparó para lo que vendría.

"Todo lo que podía verse en las pistas era humo obscuro que se elevaba hasta el cielo", dijo.

Momentos antes, el vuelo 214 de Asiana Airlines había hecho contacto contra el rompeolas  en la pista del lado de la bahía del aeropuerto, dando vueltas hasta detenerse de manera violenta. Monteverde era parte del pequeño ejército de oficiales de los bomberos y de la policía que se apresurarían a lo que muchos se refirieron en una conferencia de prensa este lunes como una escena surreal que nunca hubieran creído ver.

Entre ellos estaba el oficial de policía Jim Cunningham, quien  realizaba una verificación de rutina en la terminal de una aeronave  cuando escuchó el llamado. Corrió hacia fuera para ver la torre de humo que se elevaba hasta el cielo, llamó a una ambulancia que se encontraba cerca y le dijo al chofer que lo siguiera.

Y en la estación de bomberos del aeropuerto, conocida de manera irónica como "casa de choques", la adrenalina de la teniente Chrissy Emmons empezó a fluir tan pronto como oyó el llamado del despachador de la torre.

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“Sabía, por su voz, que el evento al que nos enfrentábamos era real”, dijo.

Ella y su chofer subieron a la cabina del vehículo de rescate 88 y se dirigieron a toda prisa hasta la escena.

Conforme se acercaban al sitio de impacto, vieron una gran columna de humo, fuego que provenía de una de las turbinas del avión y turbosina derramándose del ala.

Los pasajeros deambulaban alrededor del avión; algunos de ellos incluso se dirigían nuevamente al avión para recuperar su equipaje.

Mientras Cunningham y otros de sus compañeros trabajaban para guiar a los pasajeros lejos del avión en llamas, Monteverdi se dirigió a la rampa de escape para buscar a pasajeros rezagados.

Emmons estaba cerca.

“Dije, si él no puede hacerlo, yo podré hacerlo,” dijo ella. Otro bombero los seguía.

Mientras Monteverdi se dirigía a la cabina, Emmons y otro bombero buscaban dentro del interior obscuro, lleno de humo y espeluznantemente callado Boeing 777, buscando pasajeros que rescatar, combatiendo las llamas a medida que avanzaban.

A medida que se acercaban a la parte trasera del avión, encontraron a pasajeros heridos, algunos de ellos atrapados.

Casi al mismo tiempo, Cunningham logró subir al avión a través de la sección de cola para ayudar a los bomberos, recibiendo los elogios de los otros oficiales por haber sorteado el peligro sin equipo de protección.

El jefe de Cunningham, Gaetano Caltagirone, siguió a Cunningham abordo del avión para observarlo aventando asientos y equipaje, haciendo espacio para ayudar a los pasajeros a bajar del avión.

“Había tanto caos y estaba todo tan callado,” dijo. “Todos estaban haciendo lo que habían sido entrenados para hacer, salvar vidas.”

Las impresionantes memorias pueden acabar siendo empañadas por un incidente. El asistente en jefe de bomberos Dale Carnes dijo que es posible que uno los vehículos del departamento bomberos que respondieron al choque puede haber tenido “contacto “con una de las chicas que murieron en el accidente.

Las autoridades encontraron a las dos chicas sobre la pista, pero no es claro si murieron en el choque o más tarde o incluso si alguno de los vehículos de bomberos las atropelló.

“En este momento y debido a que no hemos definido con claridad y establecido esos hechos, no podemos contestar sus preguntas,” dijo Carnes el lunes. El incidente está bajo investigación, dijo.

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