Los republicanos ven un futuro incierto para la reforma inmigratoria
La reforma inmigratoria pasa este miércoles a un crucial escenario, cuando los republicanos de la Cámara de Representantes –que son mayoría– se reúnan para discutir su versión del proyecto de ley que fue ya aprobado por el Senado , liderado por los demócratas.
Aunque los líderes republicanos insisten en que la versión de proyecto de reforma del Senado no iba a ser considerada a su llegada a la Cámara de Representantes, algunos congresistas señalan que podrían haber áreas de acuerdo, vital para ambas partes y para el legado del presidente Barack Obama.
Para Obama y los demócratas, la aprobación de la reforma significa cumplir con la promesa realizada a una de las grandes minorías demográficas de Estados Unidos –los latinos–, y así reducir la incertidumbre de millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
Para los republicanos, ésta es quizás la única oportunidad para involucrarse con la población hispana, que fue clave en la abrumadora victoria de Obama en elecciones presidenciales del 2012.
Sin embargo, los republicanos en el Congreso y en todo el país, siguen divididos sobre cómo enfrentar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, bien sea aquellos que cruzaron ilegalmente la frontera o los que llegaron con visa y se quedaron en el país luego de su vencimiento.
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La reforma será un tema importante que se considerará en las elecciones legislativas del próximo año. Los congresistas republicanos están bajo la presión de conservadores para que se opongan a lo que los políticos de la derecha llaman una amnistía en forma de un camino para que inmigrantes indocumentados obtengan un estatus legal y hasta la ciudadanía estadounidense.
Los republicanos moderados, la mayor parte de los miembros del partido en el Congreso, quieren llegar a un acuerdo que potencialmente significaría un gran avance para el partido Republicano con los hispanos en Estados Unidos.
En un discurso durante una ceremonia de naturalización, el expresidente George W. Bush (2001-2009) se sumó a quienes piden una solución. Bush dijo que el sistema actual (de inmigración) no funciona.
“De verdad espero que haya una solución positiva a este debate”, dijo Bush, en lo que es considerado un inusual comentario político desde que dejó la Casa Blanca. Aunque se abstuvo de asumir una postura, el expresidente comentó que espera que “tengamos en mente un espíritu benevolente”.
“Estamos conscientes de los aportes de los inmigrantes a nuestro país”, comentó Bush, un republicano. “Tenemos que recordar que la gran mayoría de los inmigrantes son gente decente que trabaja duro, que mantiene a sus familias, que practican su fe y que llevan vidas responsables”.
El proyecto de reforma inmigratoria de más de mil páginas que fue aprobado por el Senado a finales de junio, cuenta con un enfoque integral que elimina la amenaza de una deportación inmediata para la mayoría de los inmigrantes indocumentados y proporciona un camino hacia la legalización y una eventual ciudadanía.
También incluye un reforzamiento a la aplicación de algunas disposiciones, que incluye la virtual militarización de la frontera con México con casi el doble de agentes fronterizos, nueva tecnología y la extensión del muro fronterizo, así como obligar a empleadores a verificar el estatus migratorio de sus trabajadores y un mejor seguimiento a aquellos trabajadores con una visa.
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Si bien la medida que el Senado aprobó con 68 votos a favor y 32 en contra, contó con el apoyo de 14 republicanos, los líderes de este partido en la Cámara insisten en que no van a discutir el proyecto porque la mayoría de la bancada se opone al mismo.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha dicho en repetidas ocasiones que cualquier proyecto de ley que sea llevado a la Cámara para ser aprobado, debe tener el apoyo de la mayoría republicana.
Los demócratas por su parte, piden a Boehner que permita que la versión del proyecto de ley del Senado sea sometido a una votación en la Cámara baja, pues creen que podría ser aprobado debido a que contó con el apoyo conjunto de los demócratas junto al de decenas de republicanos.
Steny Hoyer, representante para Maryland y uno de los principales líderes demócratas en la Cámara de Representantes dijo el miércoles que los republicanos estaban "divididos y confundidos" con respecto a la inmigración, describiendo así lo que él llama "un partido profundamente dividido" que se dedican "mucho más a la ideología que a la solución de problemas".
Este miércoles, la Casa Blanca ejerció de nuevo presión sobre los congresistas republicanos al decir que la reforma inmigratoria del Senado podría impulsar la economía de Estados Unidos y ayudaría a crear puestos de trabajo.
También este miércoles, el presidente Obama se reunirá con líderes de la bancada hispana en el Congreso para discutir la reforma inmigratoria, mientras que grupos que apoyan una reforma marchan para que la Cámara de Representantes someta a votación la versión del Senado.
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El reporte de la Oficina de Presupuesto, que se publicó en junio , señala que la propuesta de reforma a la ley de inmigración podría reducir los déficits en 175,000 millones de dólares durante los primeros 10 años y en al menos 700,000 millones de dólares en la segunda década.
La oficina, que colabora con el Comité Conjunto de Impuestos del Congreso, calculó que durante la primera década se legalizarían ocho millones de residentes indocumentados.
Además, en el informe se calculó que la propuesta de reforma inmigratoria incrementaría la población de Estados Unidos en 10 millones 400,000 personas en total para 2021 y en 16 millones para 2033.
Un grupo bipartidista ha estado trabajando en una contrapropuesta de reforma en la Cámara de Representantes. Esta versión es radicalmente diferente a la propuesta del Senado ya que dificulta la posibilidad de conseguir la ciudadanía estadounidense para los inmigrantes indocumentados.
La propuesta también pide que se refuerce la seguridad fronteriza antes de legalizar el estatus de los inmigrantes indocumentados.
El congresista republicano por Carolina del Sur, Trey Gowdy y que también preside un subcomité de inmigración de la Cámara de Representantes, aclaró este martes a NPR (la radio pública nacional de Estados Unidos) que la medida del Senado no tenía la posibilidad de ser aprobada en la Cámara baja, sin embargo, también indicó un posible compromiso en cuanto a un camino para la legalización.
Por ejemplo, Gowdy dijo que algunos inmigrantes, como aquellos que han prestado servicio militar en Estados Unidos y los hijos de padres indocumentados que fueron traídos al país ilegalmente, podrían ser beneficiados con una vía más rápida para obtener la residencia y eventual ciudadanía.
Asimismo, el congresista acotó que aquellos que han estado en el país con estatus ilegal por años y que han realizado aportes positivos pueden optar con un camino rápido para la legalización, en comparación con otros inmigrantes indocumentados que recién llegan al país.
Entre los puntos de debate en el Congreso está si los inmigrantes indocumentados serían elegibles a recibir beneficios de salud mientras esperan por la ciudadanía, y la otorgación de poderes a la policía local y estatal para que trabajen con las autoridades federales en el cumplimiento de las leyes de inmigración.
Lesa Jansen y Ashley Killough de CNN y Jeanne Sahadi de CNNMoney contribuyeron con este reporte.