"Yo soy el tirador", admite Hasan, acusado por la masacre de Fort Hood
“Yo soy el tirador”, afirmó este martes Nidal Hasan, mayor del Ejército de Estados Unidos, durante la apertura de su corte marcial por los asesinatos de 13 personas en Fort Hood, Texas, en 2009.
Hasan se representará a sí mismo durante el juicio, que comenzó cerca de Killeen, Texas, y está acusado de 13 cargos de asesinato premeditado, así como de 32 cargos de intento de asesinato.
Hasan, quien entonces era un psiquiatra del Ejército, dijo a la jueza Tara Osborn que planea llamar a dos testigos durante el juicio.
Los fiscales esperan demostrar que el devoto musulmán pasó por una “radicalización progresiva”, al defender ataques suicidas y a soldados que entraban en conflicto entre su servicio militar y su religión cuando ese tipo de conflictos resultaban en un crimen.
La semana pasada, un juez militar aceptó que la fiscalía presente evidencia de las búsquedas que realizó Hasan en internet sobre la yihad y el Talibán en los días y horas previas al ataque.
El caso se había retrasado repetidamente desde que inició en marzo de 2010 , la mayoría de las veces por apelaciones en la corte sobre si Hasan debería o no rasurar su barba mientras está bajo custodia.
El suboficial Christopher Royal es una de las víctimas que sobrevivió a la masacre de Fort Hood con dos balas en su espalda.
Las balas le dañaron algunos nervios, por lo que la pierna y el brazo izquierdos se le adormecen, además de tener dolores en la espalda alta y baja. También tiene cicatrices invisibles como el estrés postraumático que la impide realizar sus deberes como especialista en computación. Dice sentirse inseguro en su país.
Royal estuvo en cuatro ocasiones en Iraq y una en Afganistán. “Creo que ahora me sentiría más cómodo viviendo en Iraq que viviendo en los Estados Unidos”, afirmó.
A sus 41 años se prepara para dejar el Ejército en septiembre. Antes, testificará contra el hombre acusado de abrir fuego contra soldados en Fort Hood, quienes se preparaban para partir a Afganistán e Iraq, en el 2009.
Mientras tanto, el oficial Royal hace frente a su dolor y al estrés tomando baños hirvientes y haciendo excursiones de Fort Hood a Austin. Pero dice que no puede hacer frente a las multitudes, ni siquiera a través de mensajes.
“Ya ni siquiera voy al centro comercial”, dijo. “No puedo llevar a mi hijo a Disneylandia por que no puedo manejar”, asegura.
En cuanto a Hasan, dice que lo ha perdonado.
“No puedo mantener el rencor”, dice Royal. “Simplemente es demasiado. No le permito consumir más energía de mi vida de la que se ha llevado, así que lo he dejado”, indicó.
“Lo he perdonado por completo”, dijo. “No depende de mí castigarlo. Su castigo llegará”.