Un "Viernes de la ira" aumenta el temor por la violencia en Egipto
Mientras Egipto encara las graves consecuencias de los enfrentamientos que causaron cientos de muertos, los manifestantes planean desafiar el estado de emergencia y tomar las calles en el "Viernes de la ira".
"La lucha por derrocar este régimen ilegítimo es una obligación", publicaron este viernes los Hermanos Musulmanes en su sitio web para instar a la gente a protestar pacíficamente.
Vehículos militares fueron desplegados este viernes en El Cairo y Giza, donde tomaron posiciones en las plazas y en los edificios importantes, informó EGYNews. La agencia estatal de noticias detalló que vehículos blindados y alambre de púas fueron colocados para bloquear todas las entradas de la plaza Tahrir.
Un policía murió y otro resultó herido este viernes en un ataque en un puesto de revisión en un suburbio al sureste de El Cairo, informó el diario Al Ahram, y agregó que la policía no usará munición real para responder a los ataques contra las instalaciones policiales.
Este viernes, al menos 20 policías resultaron heridos cuando atacantes abrieron fuego contra dos coches de seguridad al norte de El Cairo, reportó EGYNews.
El presidente francés Francois Hollande y la canciller alemana Angela Merkel llamaron este viernes a un alto inmediato a la violencia en Egipto, informó la oficina de Hollande.
Los dos líderes convocaron a una reunión de ministros de Exteriores de la Unión europea la próxima semana para coordinar la respuesta del bloque a la violencia, y hacer una revisión de la cooperación con Egipto.
Las autoridades egipcias rechazaron este jueves las críticas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y otros líderes del mundo, por los enfrentamientos de este miércoles, que dejaron al menos 580 personas muertas cuando las fuerzas de seguridad irrumpieron las manifestaciones en El Cairo, de acuerdo con el Ministro de Salud.
Más de 4,000 personas resultaron heridas, entre ellos civiles, oficiales de policía y espectadores.
Los simpatizantes apoyan al presidente depuesto Mohamed Morsi, un exlíder de la Hermandad Musulmana que fue electo en 2012 pero derrocado por el Ejército este 3 de julio. Morsi y otros líderes de la Hermandad Musulmana están bajo arresto.
Medios estatales informaron este jueves que los simpatizantes de Morsi estaban atacando estaciones de policía, hospitales y edificios cristianos alrededor del país.
El "Viernes de Ira" iniciará con marchas desde mezquitas en los alrededores de El Cairo, que convergirán en la Plaza Ramses, de acuerdo con los tuits de Gehad el Haddad, un vocero de la Hermandad Musulmana.
El líder de la Hermandad Musulmana, Essam Elerian, confirmó este jueves que las protestas continuarán hasta que Morsi regrese a su cargo.
“Ellos pueden arrestarme a mí y a 100 de nosotros, pero no pueden arrestar a cada ciudadano honorable en Egipto”, dijo Elerian a CNN. “Ellos no pueden parar esta gloriosa revolución”.
Obama, quien se ha resistido a quitar la ayuda militar a Egipto y catalogar el derrocamiento de Morsi como un golpe de estado, aseguró este jueves que Estados Unidos no apoyaría una política facciosa sobre otra.
“Nosotros apreciamos la complejidad de la situación”, dijo el presidente. “Mientras Mohamed Morsi fue electo presidente en una elección democrática, su gobierno no fue incluyente y no respetó los puntos de vista de todos los egipcios. Sabemos que muchos egipcios, millones de egipcios, quizás la mayoría de los egipcios, estaba pidiendo un cambio de curso”.
Pero el presidente dijo que quizás tomará "nuevas medidas" por la represión del gobierno.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Navi Pillay, pidió una investigación de la violencia.
“El número de personas que han sido asesinadas o heridas, incluso de acuerdo a los números del gobierno, apuntan a un excesivo, incluso extremo, uso de la fuerza contra los manifestantes”, dijo la comisionada.
Alemania, Francia y otras naciones llamaron a los embajadores de Egipto a sus naciones para que expresen consternación por la violencia, con Italia típicamente entre las naciones que criticó el ‘uso de la fuerza por la policía como brutal, desproporcionada y nada justificable”.
Dinamarca suspendió la ayuda económica al país.
Hasta las naciones predominantemente musulmanes expresaron su disgusto, con Turquía solicitando a su embajador en Egipto a que regrese a Ankara a la luz de la crisis, informó un vocero del ministro de relaciones exteriores.