El posible ataque sobre Siria alerta a los países vecinos
Los vecinos de Siria se preparan para lo peor mientras Occidente debate si emprende un ataque militar.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expone su caso ante el Congreso de su país y la comunidad internacional para pedir una respuesta militar al supuesto ataque químico de las fuerzas del régimen sirio en un suburbio de Damasco. CNN explora el sentir de los países vecinos de Siria acerca de su presidente, Bachar al Asad, y la posibilidad de una intervención extranjera en el conflicto sangriento que se libra allá.
Líbano
La seguridad se refuerza y cada vez crece más la preocupación y la angustia en las calles de Beirut, en donde muchas personas están convencidas de que los ataques contra Damasco, a menos de 110 kilómetros de la capital de Líbano, desestabilizarán aún más al país que, después de Siria, ha sufrido más a causa de la guerra.
Líbano está unido a su vecino mayor y sus divisiones sectarias son reflejo de las que existen en Siria. Aunque los políticos que apoyan a al Asad dicen que los ataques aéreos propuestos recuerdan a los acontecimientos que llevaron a la guerra en Iraq, quienes se oponen al dictador se están yendo a lo seguro por ahora.
Talal Arslan, líder del Partido Democrático Libanés y simpatizante de al Asad, dijo que las acusaciones de que las fuerzas del régimen habían usado armas químicas en un suburbio de Damasco eran “el recordatorio de las mentiras anteriores (de Estados Unidos) para invadir a Iraq. Ya nadie cree en esas mentiras”.
El primer ministro de Líbano, Walid Jumblatt, aliado incondicional de los rebeldes sirios que anteriormente acusó al régimen de al Asad de haber matado a su padre durante los primeros años de la guerra civil de Líbano en la década de 1970, dijo que los ataques no representarían un golpe letal para el régimen sirio: “La acción no será decisiva, en particular ante la ausencia de un consenso internacional sobre el ataque o sobre la era posterior al ataque”.
Ahmad Fatfat, opositor de al Asad y miembro del Parlamento libanés, dijo que las ramificaciones de los ataques aéreos probablemente dependan de la reacción de Hezbolá, el grupo militante chiita con base en Beirut que se unió a la guerra civil en Siria a nombre de sus patrocinadores en Damasco e Irán.
El gobierno ha tratado mayormente de no intervenir en el conflicto, pero eso no ha impedido que el baño de sangre, y quienes huyen de los combates, se diseminen del lado libanés de la frontera. Una de cada seis personas que se encuentran en Líbano es un refugiado sirio y crecen las tensiones entre libaneses y sirios.
Hezbolá fue el blanco de los letales atentados en Beirut que ocurrieron en las últimas semanas y en los que murieron decenas de personas; muchas de las personas que se encuentran en Líbano creen que el país representa un campo de batalla para que Irán y Arabia Saudita luchen por el control del resultado de la guerra civil de Siria.
Israel
Miles de asustados residentes de ciudades de todo Israel se han dirigido a los centros de distribución de máscaras antigases por temor de que los posibles ataques aéreos en Siria provoquen ataques químicos en represalia.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo que el país está listo para cualquier escenario y advierte a Siria que responderá con fuerza si ataca a Israel.
Se ha acusado a Israel, que desde hace tiempo ha llamado a al Asad a dimitir, de emprender ataques aéreos dentro de Siria en tres ocasiones este año. En enero, un funcionario estadounidense dijo que unos aviones de combate israelíes bombardearon una caravana siria que se sospechaba transportaba armas para Hezbolá.
Las fuerzas armadas israelíes no han hecho comentarios acerca de las acusaciones, pero desde hace tiempo han dicho que atacarían cualquier transferencia de armas a Hezbolá o a otros grupos terroristas, así como cualquier intento de contrabandear armas sirias a Líbano que pudieran representar una amenaza para Israel.
Jordania
En Amán, a una hora de la frontera con Siria y al alcance de los misiles sirios, se teme que si Jordania se involucra en la guerra civil el resultado sean ataques en su propio territorio.
El rey Abdullah es uno de los aliados clave de Occidente en la región y fue el primer líder árabe que pidió a al Asad que dejara su cargo . La gran mayoría de los ciudadanos del país son sunitas y simpatizan con los rebeldes sirios que tratan de derrocar al régimen alauí del país.
Es un secreto a voces que Arabia Saudita está usando a Jordania para contrabandear armas para los rebeldes en Siria. Jordania afirma que hace todo lo posible por evitarlo y que no quiere agravar la situación en Siria.
A pesar de que los líderes militares del mundo se hayan reunido la semana pasada en Jordania para discutir el tema de Siria, el gobierno insiste en que no será la plataforma de lanzamiento del ataque de Occidente contra su vecino.
El vocero del gobierno, Mohammad Momani, dijo: “Nuestra postura respecto a la crisis en Siria se basa en nuestra preocupación por los intereses nacionales de Jordania y en nuestra indefectible política de no intervención en los asuntos internos de nuestros vecinos”.
Iraq
En Iraq, en donde entraron al menos 30,000 refugiados durante un lapso de cinco días a finales de agosto, el gobierno señaló recientemente que el país está en alerta en espera de un ataque en Siria.
Iraq se opone a la intervención militar de Occidente en Siria y está profundamente dividido por conflictos sectarios. El gobierno de Iraq, dominado por los chiitas, está preocupado de que los islamistas sunitas que han intervenido en los combates contra el régimen de al Asad pongan en la mira al gobierno de Bagdad.
El primer ministro, Nuri al Maliki, hizo un llamado a la unidad en un comunicado: “Lo que está pasando en Siria amenaza a Iraq y a la región; todos los iraquíes, especialmente los políticos, deberían unirse y rechazar el sectarismo para colocar el interés de la nación por encima de los intereses partidistas para rechazar los peligros y proteger la unidad y la soberanía nacionales”.
Arabia Saudita
Arabia Saudita, la potencia sunita de la región, está en una situación delicada respecto a Siria. Aunque muchos observadores creen que los saudíes aprueban tácitamente los ataques, el gobierno no se ha manifestado públicamente a favor de la intervención militar de Occidente.
El ministro saudí del Exterior, el príncipe Saud al Faisal, ha llamado al Consejo de Seguridad de la ONU a que asuma sus responsabilidades ante el pueblo sirio y señaló que el régimen de al Asad ha perdido de vista su identidad árabe.
La mayoría de los saudíes apoyan a los rebeldes y quieren que al Asad se vaya, pero también están horrorizados con la difícil situación de los sirios comunes y creen que los ataques con misiles exacerbarán su sufrimiento.
Egipto
En Egipto, que sigue envuelto en su propia crisis letal a más de un mes de que las fuerzas armadas depusieran al presidente Mohamed Morsi, varios partidos políticos han asumido una postura en contra de la intervención extranjera en Siria.
El movimiento Tamarrod, que encabezó el esfuerzo por derrocar a Morsi, atacó duramente a Estados Unidos y llamó al gobierno egipcio a actuar en caso de un ataque de Occidente contra Siria.
El vocero de Tamarrod, Mahmoud Badr, dijo: “Estados Unidos es un Estado imperialista que destruyó Iraq y busca destruir Siria e intervenir en los asuntos de Egipto”. Hassan Shahin, otro vocero, “exigió el cierre del Canal de Suez” si hay alguna maniobra naval en contra de Siria, según la agencia de noticias estatal de Egipto.
Nabil Fahmy, ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, dijo que la única forma de avanzar en Siria es por medio de una solución política.
Yemen
En Yemen, un país que teme constantemente al fantasma de los ataques con naves robot no tripuladas (drones) estadounidenses que tienen en la mira a los militantes de al Qaeda , es casi imposible encontrar a alguien que apoye los bombardeos de Occidente contra Siria a pesar de las actitudes encontradas respecto al régimen de al Asad.
Ahmed Bahri, del Partido Haq de Yemen, dijo a CNN que la intervención extranjera en Siria solo incrementaría el resentimiento de los yemeníes e iraníes en contra de Estados Unidos. “Los árabes ya no confían en Estados Unidos porque está atacando a muchos países árabes… aunque algunos líderes árabes están actuando contra la voluntad de su pueblo”, dijo.
Aunque a muchos yemeníes les gustaría que depusieran a al Asad, otros están preocupados de que los grupos extremistas sunitas lo reemplacen. Al Qaeda en la Península Arábiga extendió su base en Yemen luego de la caída del presidente Ali Abdullah Saleh durante la Primavera Árabe de 2011. Aunque los yemeníes viven con temor al grupo, también temen a diario por los ataques de drones estadounidenses.
Mohammed Jamjoom y Saad Abedine reportaron desde Beirut, junto con Mohammed Tawfeeq, Yasmin Amer y Hakim Almasmari. Nick Thompson escribió desde Londres.