La crisis de Siria queda de lado en el primer día de reuniones del G-20
Estados Unidos no ha logrado el apoyo de los mandatarios reunidos en la Cumbre del G-20, que se desarrolla en la ciudad rusa de San Petetersburgo, para una posible acción internacional contra del régimen de Siria, acusado de usar armas químicas contra su población civil.
El presidente estadounidense Barack Obama dijo este jueves que en el primer día de reuniones de líderes del G-20 no hubo algún progreso sobre la situación siria, una de las más relevantes en la agenda que tienen programado los jefes de Estado reunidos.
“No. Hemos hablado de economía”, dijo el presidente Barack Obama al ser cuestionado sobre los temas discutidos en la reunión.
En tanto, científicos militares de Gran Bretaña encontraron rastros de gas sarín en el suelo y la ropa tomada de un paciente atendido cerca del sitio de un presunto ataque con armas químicas fuera de la capital de Siria, dijo este jueves la oficina del primer ministro británico, David Cameron.
Los científicos en el laboratorio militar de Porton Down concluyeron que era poco probable que las muestras se hubieran falsificado. Gran Bretaña está compartiendo sus descubrimientos con Naciones Unidas, dijo la oficina de Cameron.
Los resultados son la declaración más específica de las autoridades británicas en relación con el producto químico que se cree que fue usado en el ataque del 21 de agosto en un bastión de los rebeldes cerca de Damasco, aunque la oficina no dijo explícitamente quién era responsable.
El gobierno de Estados Unidos, en cambio, culpa a las fuerzas del gobierno sirio del ataque que según su propia información dejó más de 1,400 muertos, muchos de ellos niños.
Haciéndose eco de las acusaciones de las fuerzas rebeldes, Washington ha insistido en que las fuerzas del presidente sirio, Bachar al Asad, están detrás de esos ataques con armas químicas, alegando que sólo ellos tienen acceso a ellas y pueden lanzarlas a gran escala.
Sin embargo, el régimen de Siria ha sido igual de firme en que no ha hecho tal cosa. Por el contrario, acusan a los "terroristas" —el término generalmente usado para los combatientes de la oposición— de desplegar armas químicas.
El foco de la Cumbre del G-20 es oficialmente económico, a pesar de las profundas divisiones entre los participantes sobre el tema que es difícil ignorar: Estados Unidos y Francia están pidiendo un ataque militar contra el gobierno de Siria, mientras que Rusia pide no intervenir contra su antiguo socio Siria y exige pruebas de que el ataque es responsabilidad de al Asad.
El debate en Washington
El secretario de Estado de EU, John Kerry, dijo esta semana en Washington, que "al menos 10 países se han comprometido a participar" en una intervención militar que Obama y el presidente francés, Francois Hollande, han apoyado. Sin embargo es un número cambiante.
Gran Bretaña, normalmente un aliado estadounidense en los asuntos militares, ha votado en contra de unirse a cualquier acción militar. Y los funcionarios en Francia —donde las encuestas muestran que una de cada tres personas está a favor ataques— han dicho que esperarán hasta que Estados Unidos decida sobre un curso de acción.
Eso no llegará hasta después de que el Congreso de Estados Unidos tome una decisión probablemente la próxima semana sobre si autoriza ataques en contra de objetivos estratégicos del régimen sirio.
Mientras los líderes del Congreso han apoyado el llamado de Obama para la acción, la mayoría de los legisladores se muestran indecisos, por lo que el resultado es todavía una incógnita.
EU sufrirá si ataca: Irán
Algunos de los mayores aliados del gobierno sirio no fueron mesurados en sus respuestas.
En declaraciones realizadas a la televisión estatal de Irán, el ayatolá Ali Jamenei dijo que Estados Unidos no tiene derecho de hacer reclamos humanitarios dado "su historial" en Iraq, Afganistán y la situación en la prisión militar en la Bahía de Guantánamo.
Si Washington lleva a cabo ataques, pagará un alto precio, añadió el líder religioso de Irán. "Creemos que los estadounidenses están cometiendo una locura y un error en Siria y en consecuencia obtendrán un golpe y sufrimiento, definitivamente", dijo.
El reclamo de Rusia
El presidente ruso Vladimir Putin dijo esta semana que si bien "no es descartable" un respaldo a la acción militar en Siria si se les da una prueba innegable de que el gobierno sirio está detrás del ataque de agosto, considera que es “absurdo” que las fuerzas de al Asad hayan podido hacerlo.
Uno de los que siguen intentando mediar es Lakhdar Brahimi, el enviado conjunto de la ONU y la Liga Árabe a Siria cuyo plan de alto el fuego se vino abajo. Está entre los invitados a la Cumbre del G-20 y podría reunir a Obama y Putin sobre la base de nuevas negociaciones de paz para Siria.
En tanto, Obama dijo a la prensa antes de viajar a Rusia que "la credibilidad de la comunidad internacional está a prueba", pues dijo que "lo moral es no quedarnos quietos y no hacer nada".
Michael Pearson, Greg Botelho, Holly Yan, Jim Acosta, Samira Said, Chris Lawrence y Pierre Meilhan colaboraron en este reporte.