Piñera llama a los chilenos a "superar los traumas" del golpe de Estado
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, hizo un llamado este miércoles a sus ciudadanos a “superar los traumas del pasado” y a no heredar a las próximas generaciones de chilenos los “odios y querellas” que surgieron a raíz del golpe de Estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973.
Tras una celebración religiosa en el Palacio de la Moneda, donde hace 40 años el presidente Salvador Allende fue derrocado por las fuerzas dirigidas por el general Augusto Pinochet, el presidente Piñera dijo que es momento de encontrar la “reconciliación” y hacerla perdurar.
“Llegó el tiempo, después de 40 años, no de olvidar, pero sí de superar los traumas del pasado”, dijo el mandatario en un mensaje a la nación transmitido por CNN Chile.
“No podemos dejar que pequeñas pasiones o pequeñas diferencias impidan a nuestra generación, que nos toca la responsabilidad de vivir el presente, ser la generación que logra por fin, después de 40 años, hacer de Chile un país reconciliado y en paz”.
A la ceremonia asistieron autoridades y funcionarios del gobierno chileno, así como jefes militares de las Fuerzas Armadas, pero ninguno de los últimos cuatro expresidentes convocados se presentó: Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, según un reporte de la agencia EFE.
En su discurso, Piñera dijo que ha llegado a tres reflexiones principales sobre lo ocurrido hace 40 años y la dictadura militar que vivió el país hasta 1990 , periodo en el cual miles de personas murieron y otras más nunca fueron encontradas.
“Nunca debemos atentar contra nuestra democracia y nuestra sana convivencia”, fue su primera conclusión. “El quiebre de la democracia, sin duda, que fue responsabilidad de muchos, pero muy especialmente de aquellos que incorporaron la violencia, que no respetaron el estado de derecho y que quisieron imponer sus puntos de vista sobre los demás chilenos”.
A continuación consideró que las “graves reiteradas e inaceptables violaciones a los derechos humanos” fueron responsabilidad de quienes las cometieron y de quienes teniendo algún cargo o responsabilidad no hicieron nada para detenerlas.
Como tercera reflexión, el presidente Piñera llamó a los chilenos a avanzar “por los caminos de la verdad y de la justicia” para construir bases de reconciliación sobre rocas, y no sobre arenas.
“No tenemos derecho, como generación, a traspasar a nuestros hijos y a nuestros nietos los mismos odios y las mismas querellas que dividieron y tanto dolor causaron a las generaciones que nos antecedieron”, expuso el presidente en su mensaje.
Verdad y justicia: Bachelet
Tras el régimen militar que se prolongó por 17 años, las primeras elecciones democráticas ocurrieron en diciembre de 1989, en las que resultó ganador el demócrata cristiano Patricio Aylwin. Este año se celebra la sexta elección presidencial desde el golpe de Estado.
Una de las favoritas en las encuestas es la expresidenta Michelle Bachelet (2006-2010), quien perdió a su padre a manos del régimen militar y sufrió junto con su madre, Ángela Jeria, torturas en el periodo de la dictadura.
Encabezó una conmemoración del 40 aniversario con los miembros de la coalición que la postula, Nueva Mayoría, en la que expuso que sin verdad y justicia no podrá haber una reconciliación con los chilenos, pues aún se desconoce el paradero de unas 1,200 personas.
"La verdad, porque tenemos necesidad de conocer lo que vivieron las víctimas y qué pasó con ellos (...). Y la justicia, porque allí donde la justicia se niega, la impunidad ocupa su espacio ahondando las fracturas de un pueblo", dijo Bachelet, según un reporte de EFE.
“Hoy, Chile está en condiciones de mirar a los ojos su realidad pasada, reconociendo responsabilidades y condenando la violencia de Estado", dijo, pero recalcó: “"Hay aún una fractura profunda entre quienes justifican la dictadura y quienes confiamos en la democracia para enfrentar una crisis".
La conmemoración del golpe tiene programados varios actos sociales y políticos, entre ellos la colocación de ofrendas florales al monumento de Allende, frente al Palacio de La Moneda, una visita a su tumba en el Cementerio General de Santiago y el encendido de cientos de velas en el Estadio Nacional, que funcionó como centro de detención y torturas, informó EFE.