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La imagen de Rousseff para la reelección influyó en su respuesta a EU

La presidenta brasileña ponderó su reelección al decidir el retraso de su viaje a Washington, según politólogos del país
mié 18 septiembre 2013 05:21 PM

La política interna y la posibilidad de reelección en 2014 pesaron en la decisión de la presidenta de Brasil de suspender su visita oficial a Estados Unidos después de que se revelara que su país fue espiado, según analistas consultados.

“Dilma estaba pensando en la reelección y por eso decidió dar una muestra de que ella es firme, decidida y patriota, para poder subir en los próximos sondeos de opinión”, dijo David Fleischer, politólogo y profesor de la Universidad de Brasilia, en entrevista telefónica. Fleischer advirtió que el desenlace dependerá de cómo Estados Unidos maneje la situación, y de si surgen nuevas, y más contundentes, revelaciones en los próximos días.

Basándose en reportes filtrados por el exanalista Edward Snowden, el periodista Glenn Greenwald denunció el 1 de septiembre en la cadena brasileña Globo que la Agencia Nacional de Seguridad de EU (NSA, por sus siglas en inglés) había espiado a la presidenta brasileña y que uno de los objetivos de la vigilancia era el petróleo .

"Ante la falta de una investigación oportuna de los hechos, no están dadas las condiciones para realizar la visita ", informó la presidencia brasileña este martes en un comunicado. La Casa Blanca se comprometió a través de otra nota de prensa en "trabajar junto con la presidenta Rousseff y su gobierno en los canales diplomáticos para superar el problema".

La popularidad del gobierno de Dilma alcanzó un 65% en marzo de este año, según estudios de la encuestadora Datafolha. Tras las protestas registradas en junio, los índices descendieron en 35 puntos, con lo que el apoyo se redujo al 30% en julio. El último sondeo, de agosto, mostró una mejora de 6 puntos. 

Brasil celebra en octubre de 2014 elecciones presidenciales y legislativas, en los que la presidenta se expone a su reelección. De acuerdo con un sondeo de la encuestadora VoxPopuli, Dilma Rousseff cuenta con un 38% de intención de voto frente al 36% de todos sus adversarios sumados. 

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“No hay duda de que la política interna está jugando un papel clave aquí. Ella tomó la decisión junto con el Partido de los Trabajadores, su fuerza política. Nosotros estamos frente a una elección en 2014 y ellos precisan ganar apoyo”, dijo Rubens Barbosa, antiguo embajador de Brasil en Estados Unidos, en entrevista.

El embajador cuestiona que el retraso del viaje suponga directamente una mejora del gobierno. “La suspensión de la visita va a tener mucho impacto, va a tener reacciones a favor y otras en contra, pero aún es difícil saber”.

La oposición ha manifestado su rechazo a la decisión de la presidenta. Para el dirigente del opositor Partido Socialdemócrata de Brasil (Psdb), Aécio Neves, se trató de una “jugada de marketing”. En declaraciones a la prensa local, el senador apuntó que “sería más adecuado que la presidenta Dilma aprovechara el viaje para enfrentar esa cuestión (de espionaje) y defender los intereses de la economía nacional y de las empresas brasileñas, pero, una vez más, ella prefirió el marketing”.

El Partido Socialismo y Libertad (Psol) fue el único de la oposición que respaldó la suspensión de la visita a Washington, pero indicó que la acción deja sin resolver el espionaje.

Ronaldo Caiado, dirigente del Partido Demócrata (DEM) dijo desde Brasilia que la presidenta había ponderado una posición ideológica y no un comportamiento estadista. 

El desgaste de la relación

El embajador Barbosa no cree que la suspensión de la visita, sin precedentes en Brasil, perjudique de forma significativa las relaciones con Washington. “Es un gesto de inconformidad, de molestia, pero no va a afectar la relación política actual”.

El politólogo Fleischer apunta que lo que enfureció al gobierno brasileño no fue el espionaje, y sí que las informaciones fueran transmitidas en el programa de mayor audiencia de la televisión abierta del país sudamericano. 

Rousseff recibió este año en Brasilia al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y al secretario de Estado, John Kerry, en visitas separadas. Ambos encuentros evidenciaron los esfuerzos de Washington para marcar su interés en Brasil, en contraposición al acercamiento con China. El país asiático superó a EU y se convirtió en el primer aliado comercial de Brasilia en diciembre pasado. 

En 2012, Brasil compró 34,248 billones de dólares de China, con un incremento de un 4,4% respecto a 2011, según las cifras del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior. Las importaciones de China ocuparon un 15,3% de la balanza exterior de Brasil en 2012, con un incremento del 1,2% frente a 2011. Estados Unidos quedó en segundo lugar al disminuir un 0,5% sus importaciones. 

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