Opositores sirios cometieron abusos graves: reporte de Human Rights Watch
Integrantes de la oposición que atacaron a habitantes alawitas cerca de la ciudad siria de Latakia y que mataron al menos a 190 civiles cometieron “abusos graves”, que podrían ser considerados crímenes contra la humanidad, informó este viernes el grupo Human Rights Watch (HRW).
Los abusos ocurrieron luego de que una ofensiva de opositores invadió posiciones del Ejército del gobierno y ocupó más de 10 pueblos alawitas, según la organización internacional.
Testigos y sobrevivientes describieron cómo los opositores “ejecutaron a residentes y abrieron fuego contra los civiles, a veces matando o intentando matar a familias enteras que estaban en sus casas, desarmadas o huyendo de los ataques. En otras ocasiones, "mataron a los hombres de las familias y mantuvieron a las mujeres y niños como rehenes”, según el reporte de HRW.
Más de 200 civiles, la mayoría mujeres y niños, aún son rehenes de dos grupos de opositores que dejaron la estrategia ofensiva, según HRW, que citó a fuentes de la oposición. Esta nombró al Estado Islámico de Iraq y Sham (ISIS), que está afiliado a al Qaeda en Iraq, y a Jaish al Muhajiree wal Ansar.
Fuerzas de gobierno lanzaron una contraofensiva el 5 de agosto para lograr el control del área el 18 de agosto, según el reporte. La familia del presidente sirio, Bachar al Asad , pertenece a la minoría alawita, la cual está asociada con Shia Islam. Su gobierno ha culpado del conflicto a “terroristas” respaldados por poderes extranjeros mientras que sus propias fuerzas están acusadas de abusos, incluido el uso de armas químicas contra civiles .
La Coalición Siria, la mayor alianza de la oposición, dijo que estaba “profundamente preocupada” por el reporte de Human Right Watch y que "una vez más repudia” a los dos grupos que mantienen rehenes. “Condenamos todas las violaciones a los derechos humanos cometidos por grupos armados, incluidas las ejecuciones extrajudiciales y los secuestros”, dijo.
Evidencia de crímenes de guerra
La evidencia recogida por Human Rights Watch “sugiere que los abusos cometidos por grupos opositores el 4 de agosto no fueron las acciones de un grupo de renegados” sino acciones coordinadas que muestran premeditación y organización.
Human Rights Watch sostiene que al menos 20 grupos opositores armados estuvieron involucrados en la ofensiva, aunque no está claro si todos estuvieron presentes en el ataque del 4 de agosto, cuando se cree que ocurrieron la mayoría de los abusos.
El reporte señala que cinco grupos fueron “los recaudadores de fondos, organizadores, planeadores y quienes llevaron a cabo los ataques” y que “estuvieron claramente presentes desde el principio del ataque”.
Más allá de ISIS y Jaish al Mujajireen wal Ansar, Human Rights Watch enlistó a Jabhat al-Nusra, Ahrar al-Sham y Suquor al Iziz. “La evidencia reunida por Human Rights Watch sugiere que los asesinatos, rehenes y otros abusos cometidos por las fuerzas opositoras el 4 de agosto tiene el nivel de crímenes contra la humanidad”, según el reporte.
Cuerpos enterrados en fosas comunes
Para compilar el reporte titulado Aún puedes ver su sangre, investigadores de HRW visitaron cinco de los pueblos donde hablaron con residentes y familiares de los asesinados o desaparecidos, así como con miembros del Ejército sirio, de la milicia y miembros de la oposición.
También estudiaron fotografías y videos, además del nombre de 190 civiles que fueron asesinatos, incluidas 57 mujeres, al menos 18 niños y 14 adultos mayores, según el reporte. “Dado que muchos residente siguen desaparecidos, y los miembros de la oposición enterraron muchos cuerpos en fosas comunes, el número total de muertes es mucho más alto”.
Los reportes de abusos como el de Human Rights Watch complican los esfuerzos internacionales para apoyar a los opositores del gobierno de Al Asad. En más de dos años de conflicto, la oposición se ha fragmentado en un amplio espectro ideológico y geográfico, de acuerdo con Barak Barfi, un investigador de la Fundación Nueva América. Mientras algunos nacionalistas están empeñados en liberar a su país de un régimen despiadado, otros ven el conflicto como un trampolín para la jihad global.