Optimismo y desconfianza fundamentan el diálogo entre Irán y Occidente
Rara vez se usa la palabra "optimismo" cuando se habla de las posibilidades de llegar a un acuerdo nuclear con Irán. Nadie espera que haya un avance radical tras la cita de este martes en Ginebra entre Irán y seis potencias mundiales para hablar sobre las restricciones a sus ambiciones nucleares.
El tono alegre que Teherán ha asumido frente a Estados Unidos y sus aliados occidentales desde que Hassan Rouhani resultó electo como presidente ha provocado que los diplomáticos alberguen esperanzas de que sea posible llegar a un acuerdo tras un enfrentamiento que ha durado décadas.
"Las apuestas son más elevadas porque hay expectativas mucho mayores", dijo un alto funcionario estadounidense. "No nos mostramos ingenuos ante los desafíos, pero la nueva apertura es alentadora".
Durante su visita a la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre, la postura diplomática de Rouhani alimentó las esperanzas de Occidente en un acercamiento con Irán y en los avances es las negociaciones relativas a su programa nuclear.
Las potencias Occidentales creen que Irán trata de desarrollar un arma nuclear, pero el gobierno en Teherán ha insistido desde hace tiempo en que sus intenciones son pacíficas.
La visita de Rouhani culminó con una conferencia telefónica con el presidente de EU, Barack Obama, y una reunión del secretario de Estado de ese país, John Kerry, con el ministro del Exterior de Irán, Javad Zarif. Fue el primer encuentro de alto nivel entre los dos enemigos jurados desde la revolución de 1979 en Irán , tras la que las relaciones entre ambos países se congelaron profundamente.
El peso de la desconfianza
A pesar de que la atmósfera ha mejorado, un alto funcionario del gobierno de Obama dijo a la prensa en Ginebra que Washington "no espera que haya un gran avance de la noche a la mañana" en vista de los antecedentes de desconfianza entre Irán y Occidente, además de los miles de detalles técnicos involucrados.
El funcionario esperaba que ambas partes puedan negociar una serie de medidas mientras llegan a un acuerdo integral. El funcionario agregó que anteriormente Irán había usado el tiempo de las negociaciones para seguir desarrollando su programa nuclear, pero agregó que "no podemos seguir funcionando así".
"Es necesario dar un paso para construir la confianza y eso no solo implica superar la profunda desconfianza… sino también limitar hoy el programa de Irán y tal vez reducir su intensidad para que haya tiempo de llegar a un acuerdo integral", dijo el funcionario.
Rouhani, quien sustituyó al conservador Mahmud Ahmadineyad, tiene la encomienda de acabar con el enfrentamiento y lograr que se levanten las sanciones que prácticamente han paralizado sus exportaciones de petróleo y el acceso al sistema financiero internacional.
El alto oficial dijo a la prensa que Washington quiere mantener la presión económica mientras se desarrollan las negociaciones. Agregó que el gobierno de Obama estaría dispuesto a considerar una reducción rápida de las sanciones "en proporción" a lo que Irán ofrezca en caso de que esté listo para reducir el ritmo y los alcances de su programa de enriquecimiento de uranio, ofrecer medidas para mejorar la transparencia de su programa nuclear y abordar las inquietudes que rodean a sus reservas de uranio enriquecido.
"Nadie se muestra ingenuo"
Irán señaló en los últimos días que está listo para negociar; tanto Zarif como su asistente declararon que la delegación lleva una nueva propuesta a la mesa de negociaciones. "Será el comienzo de un avance difícil y relativamente prolongado", escribió el diplomático en su página de Facebook la noche del domingo. "Espero que para el miércoles podamos llegar a un acuerdo".
En el bloque de países que encabeza los esfuerzos diplomáticos, se cuentan cinco de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: EU, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, además de Alemania.
Cuando Zarif se reunió con el grupo el mes pasado, presentó lo que un alto funcionario estadounidense llamó "las ideas más progresistas" que los iraníes hayan ofrecido para disipar las inquietudes internacionales que rodean a su programa nuclear desde que se iniciaron las labores diplomáticas hace más de una década.
El alto funcionario estadounidense que se encuentra en Ginebra dijo que la "presentación seria" que Zarif hizo en Nueva York induce a Washington a pensar que la delegación iraní presentará "algo sustancial" en las pláticas de esta semana. Sin embargo, el funcionario dijo que Estados Unidos "es realista respecto a lo que representa un trabajo muy muy difícil" y a lo que probablemente resultará ser un camino sinuoso y lleno de obstáculos. "Nadie se muestra ingenuo", dijo.
El grupo conocido como P5+1 ofreció a Irán en febrero un paquete de estímulos económicos para que abandone sus ambiciones nucleares. A cambio de aligerar las sanciones que impiden que Irán comercie con oro y otros metales preciosos y petroquímicos , el grupo quiere que Teherán cierre su complejo de enriquecimiento de uranio localizado en Fordo, cerca de la ciudad santa de Qom.
El grupo también quiere que Irán entregue sus reservas de uranio enriquecido al 20% de pureza, que se considera como un trampolín hacia la producción de uranio apto para armamento.
Irán quiere que la comunidad internacional reconozca su derecho a enriquecer uranio de acuerdo con lo establecido en el Tratado de No Proliferación. El grupo de seis países negociantes se ha mostrado renuente a eso, aunque algunos diplomáticos dicen en privado que un acuerdo final podría permitir a Irán enriquecer uranio a un grado reducido de pureza de entre el 3 y el 5%.
También ofrecieron combustible para un reactor médico y aligerar las sanciones sobre las refacciones para aviación como parte del acuerdo. La comunidad internacional expresó sus sospechas sobre el enriquecimiento, ya que teme que Irán esté transformando combustible nuclear en materiales aptos para bombas atómicas en secreto.
Irán nunca ha respondido formalmente a la propuesta. Habrá que ver si el grupo estaría dispuesto a mejorar la oferta ante el nuevo clima, aunque las autoridades estadounidenses señalaron que no se harían propuestas nuevas a Irán en las negociaciones de esta semana.
Robert Einhorn, quien fuera uno de los negociadores estadounidenses con Irán hasta que salió del Departamento de Estado de EU en mayo, dijo que el nuevo equipo de negociaciones de Irán está motivado para negociar con mayor seriedad que el equipo anterior.
Rouhani y Zarif cuentan con el respaldo del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, quien ha manifestado su apoyo a la "flexibilidad heroica" en las negociaciones para aligerar las sanciones. "El líder supremo básicamente les ha dado cierto margen", dijo Einhorn. "No cree que se logre nada, pero ha dicho que pueden seguir con esta postura moderada para ver a dónde llegan. Pero su mandato no es infinito. No sé si haya un límite de tiempo, pero genuinamente necesitan demostrar que esta postura moderada puede funcionar".
Labott reportó desde Washington y Carey desde Ginebra.