La inteligencia rusa no tendrá acceso a documentos secretos: Snowden

El excolaborador de seguridad de EU dijo que entregó toda la información que tenía a periodistas con los que se reunió en Hong Kong

La inteligencia rusa no tendrá acceso a documentos secretos del gobierno de Estados Unidos, según Edward Snowden, porque él entregó toda la información a periodistas con los que se reunió en Hong Kong antes de partir a Moscú en busca de asilo.

"Hay 0% de posibilidad de que los rusos o los chinos hayan recibido documentos", dijo Snowden en una entrevista con el diario The New York Times  publicada este jueves.

El excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) dijo que no se llevó documentos a Rusia, , "porque no serviría al interés público".

Snowden acumuló información sobre programas de espionaje de la NSA y entregó documentos a varios medios, incluido el diario The Guardian. Los documentos revelaban que la agencia estadounidense vigilaba registros telefónicos y de internet de miles de personas afuera y dentro de Estados Unidos.

Anticipando consecuencias legales, huyó a Hong Kong a finales de mayo y luego voló a Moscú el pasado 23 de junio,  en el aeropuerto Sheremetyevo por más de cinco semanas.

Para entonces, las autoridades estadounidenses y robo de propiedad gubernamental.

Snowden recibió asilo en Rusia el pasado 1 de agosto, lo que le permitió dejar el aeropuerto.

El excontratista de la NSA dijo al New York Times que pudo proteger los documentos del servicio de espionaje chino porque está familiarizado con la capacidad de inteligencia de ese país. 

El diario indicó que realizó una entrevista muy extensa a Snowden durante varios días. 

Según la publicación, el analista defendió su postura afirmando que generó un "debate público necesario".

"Mientras haya un amplio consenso entre la gente, se puede discutir que hay un nivel de legitimidad incluso en los programas más invasivos y moralmente condenables, porque es una decisión informada y voluntaria", afirmó Snowden.

"Pero cuando los programas se implementan en secreto, alejados de la vigilancia pública, les falta legitimidad y ése es el problema", agregó.