No habrá piedad para un iraní que sobrevivió por 12 minutos a la horca
Alireza M. es un hombre con suerte, al menos por ahora. Pero podría no durar mucho.
Declarado culpable por una corte iraní de tener un kilogramo de metanfetaminas, el hombre de 37 años fue sentenciado a muerte por ahorcamiento en la prisión Bojnurd en el noreste de Irán, de acuerdo con Jam-E-Jam, un diario oficial que contó su historia.
En la mañana del 9 de octubre, el hombre fue llevado desde su celda al lugar donde sería ejecutado. El juez que emitió la orden leyó su sentencia y otros funcionarios firmaron documentos.
Se le puso una cuerda en el cuello y fue colgado por 12 minutos. Su cuerpo fue bajado y un doctor lo declaró muerto. El doctor, el juez y el jefe de la prisión firmaron el certificado de muerte y el cuerpo de Alireza M. fue llevado a la morgue para ser entregado al siguiente día a sus familiares.
Pero el próximo día, un trabajo de la morgue notó que la bolsa de plástico de uno de los cuerpos tenía humedad a la altura de la boca.
El trabajador informó a los doctores de la morgue, que llevaron a Alireza M. al hospital Imam Ali en el pueblo de Bojnurd, donde se reportó que se sentía mejor.
La familia del condenado dijo al diario que se preparaban para recibir el cuerpo cuando escucharon que estaba vivo, para felicidad de sus hijas, quienes estaban esperando un indulto.
Pero el juez que emitió la sentencia, Mohammad Erfan, no se inmutó. “La sentencia es aprobada y la sentencia es muerte, por lo que seguiremos con orden de ejecución otra vez”, afirmó.
Un experto legal citó en el artículo una ley que impone la muerte a cualquiera que tenga más de 30 gramos de cualquier sustancia ilegal, la cual fue aprobada hace tres años.
En un posicionamiento emitido este miércoles por Amnistía Internacional, se solicitó el indulto, al afirmar que el hecho de que el hombre vaya a volver a pasar por una segunda ejecución “subraya la crueldad e inhumanidad de la pena de muerte”, afirmó Philip Luther, director de la organización para el Medio Oriente y el Norte de África.
Este año se cree que Irán ejecutó a 508 personas, la mayoría por crímenes relacionados con drogas, según el grupo.
La Sharia en Irán permite a individuos salvarse de un segundo intento de ejecución pero solo bajo ciertas circunstancias, como la lapidación en casos de adulterio que no concluye con la muerte.
Neda Farshbaf y Shirzad Bozorgmehr contribuyeron con este reporte.