Filipinas enfrenta un desastre similar al que deja el paso de un tsunami
"Es como si un tsunami lo hubiera arrasado todo".
Estas fueron las primeras palabras de la periodista Paula Hancock, de CNN, a su llegada a la zona devastada por el supertifón Haiyan en la ciudad de Tacloban, a bordo de un avión de transporte militar.
Es el primer equipo internacional de noticias que llega a esta parte de Filipinas tras el paso del tifón —una de las tormentas más fuertes jamás registradas que hayan golpeado tierra— y que ha dejado más de un millar de muertos .
El alcalde de la ciudad de Tacloban Alfred Romualdez dijo que es “completamente posible" que 10,000 personas hayan muerto en la tormenta.
El gobernador de la provincia de Samar, Sharee Tan, reportó 370 muertos y 2,000 desaparecidos tan solo en su provincia. La Cruz Roja de Filipinas estima que al menos 1,200 personas murieron.
La policía nacional y el ejército enviaron refuerzos el domingo para prevenir el saqueo en la ciudad devastada de Tacloban. Los videos de las noticias mostraron a las personas irrumpiendo en las tiendas de comestibles y los cajeros automáticos en la ciudad, donde no ha habido muy poca evidencia de la autoridad desde el viernes al mediodía.
Los saqueos a las tiendas se atribuyeron a la severa falta de comida. Las actividades de socorro se vieron obstaculizadas por los graves daños al aeropuerto y tanto árboles como escombros impedían el acceso por los caminos.
En señales de progreso, el camino al aeropuerto fue limpiado el domingo y los helicópteros estaban realizando vuelos regulares.
Hancock y la tripulación hicieron un viaje desde Manila y volaron con los militares del país, junto con los miembros del Programa Mundial de Alimentos, de Naciones Unidas, medios de comunicación locales y una carga de ayuda alimentaria. Este es su primer relato de lo que vio
El daño sufrido por Tacloban es casi idéntico al que causa un tsunami. Al sobrevolar la zona, vimos un montón de agua y mucha destrucción. Todo está inundado y destruido.
La enorme devastación y ruina que se aprecia es algo que he visto cuando la zona ha sido arrasada por un tsunami. Nunca había visto nada parecido causado por un tifón. Cada árbol ha sido aplastado, partido o arrancado en una muestra de la fuerza de los vientos.
Los funcionarios me dicen que la marejada llegó tan alta como el segundo piso del edificio de la terminal y su estructura quedó devastada y todo lo que alguna vez estuvo dentro del edificio está esparcido por todas partes.
Los helicópteros están despegando desde la pista de aterrizaje, que parece que se ha convertido en un punto de reunión de la ayuda humanitaria. Es difícil calcular cuántas víctimas ha causado aquí la tormenta, y en el resto del país, o cuál ha sido la magnitud de los daños ocasionados.
En Tacloban, la red eléctrica se ha caído y el propio aeródromo está demasiado dañado. El ejército y la ONU están intentado establecer áreas donde los residentes puedan venir a recibir ayuda. Esta es la fase inicial de las actividades de socorro.
Hay una gran cantidad de residentes deambulando como si buscaran algo, como si no supieran qué hacer. Es difícil saber cuánta gente va a venir a esta zona.
Los caminos son inaccesibles y hay zonas completamente aisladas. Hay apenas un sólo árbol en pie. La gente está llegando a la zona de la terminal, ya que creen que es donde se administran alimentos, agua y primeros auxilios.
El director del Programa Mundial de Alimentos me dijo que lo que tienen que hacer en las primeras horas es averiguar donde se pueden encontrar a los desaparecidos, donde no pueden llegar y eso les llevará algún tiempo.
Y eso es también una tarea importante para el Ejército: llegar a las zonas que necesitan. Pero para acceder a algunas partes afectadas necesitarán maquinaria pesada y bastante tiempo.
El primer reto será proporcionar alimentos, agua y refugio.
Un par de vecinos se me han acercado. Uno de ellos, un joven con su hija, estaba en estado de choque. Necesitaba algún tratamiento médico, pero las instalaciones médicas son muy rudimentarias, por eso van a trasladarla a otro en las próximas horas.
También hay otras personas más tranquilas, e incluso sonrientes. Están familiarizadas con los tifones, ya que este país vive cada año cerca de 20, pero no en el nivel o la escala provocado por la tormenta Haiyan.
Entre las tareas que enfrentan los trabajadores de socorro está el suministrar comida para estas personas. Alimentos y agua son la principal carencia que enfrentan los residentes.
Los militares están llevando tiendas a ciertas áreas con fines médicos o para proporcionar refugio.
Hay algunas estructuras que permanecen intactas, pero parecen muy peligrosas en sí mismas. Aunque estén inestables no hay demasiadas alternativas en este momento.
Paula Hancocks y Andrew Stevens reportaron desde Tacloban y Tom Watkins and Holly Yan escribieron desde Atlanta. David Simpson, Elwyn Lopez, Joseph Netto, Michael Martinez, Aliza Kassim, Jessica King, Brandon Miller y Yousuf Basil de CNN contribuyeron a este reporte.