Más de 580,000 desplazados en Filipinas esperan agua y comida
Más de 580,000 personas en Filipinas han sido desplazadas por los efectos de la tormenta en espera de agua y comida, informaron autoridades. De esa cantidad, 286,000 personas fueron trasladadas a 993 albergues.
La falta de sanidad y el consumo de agua posiblemente contaminada podría causar una segunda ola de muertes. Las agencias de ayuda temen la propagación de enfermedades e infecciones.
El desastre natural sin precedentes que significó el paso del tifón Haiyan para Filipinas es ahora un posible desastre médico, de acuerdo con equipos de emergencia en el terreno.
La Cruz Roja informó que pidió 10,000 bolsas para cadáveres, como preparación para los cuerpos que deberá retirar. El número oficial de fallecidos, actualmente en los cientos, podría crecer rápidamente a medida que los equipos de rescate llegan a todas las áreas afectadas.
"Aún no tenemos el panorama completo, pero hay mucha destrucción, lo que significa que a la par del elevado número de muertos también existe la posibilidad de un alto número de heridos", dijo Meine Nicolai, presidenta de Médicos sin Fronteras en Bélgica. "Estamos preocupados más por las muertes debido a infecciones".
Médicos sin Fronteras informó que la primera etapa de su operativo de apoyo estará destinada a mantener bajos los niveles de infecciones y entonces trabajar en la vacunación contra el tétanos. La bacteria que causa el tétanos puede ser mortal si entra en una herida profunda.
La agencia también dará ayuda psicológica a las víctimas del desastre, pues muchas de ellas sufrirán trastorno de estrés postraumático, afirmó Nicolai.
La gente está tan desesperada por comida y agua que hay reportes de muchedumbres saqueando almacenes y tiendas.
Las medicinas también escasean. Los pocos hospitales funcionando han tenido que rechazar a pacientes por la gran cantidad de heridos. Muchas personas desesperadas por recibir atención médica se han trasladado al aeropuerto, donde el Ejército ofrece consultas.
La Organización Mundial de la Salud está apoyando al Departamento de Salud de Filipinas para fortalecer la red de respuesta a posibles brotes de enfermedades y otras amenazas a la salud pública relacionada con la falta de comida, contaminación del agua y más riesgos ambientales .
También está ayudando a coordinar la ayuda internacional para asegurarse que los hospitales móviles y las medicinas vayan a los lugares que más lo necesitan, y para restablecer bases de suministro que están llegando de todo el mundo.
USAID , una de las primeras agencias en atender a las víctimas tras el tifón, llegó con comida, agua, paquetes de higiene y material de saneamiento. Los marinos de Estados Unidos han estado distribuyendo la ayuda.
Un cargamento de emergencia de Americares va en camino a las Filipinas, con suficiente ayuda médica para 20,000 sobrevivientes. Éste incluye antibióticos, medicamentos para el cuidado de heridas y para el dolor.
International Medical Corps ha puesto equipo médico y personal en el terreno para ofrecer apoyo; Direct Relief enviará 1.5 toneladas de medicinas, que también incluyen medicamentos contra los hongos y para enfermedades crónicas.
Aviones C-10 están llevando los suministros del Programa Mundial de Alimentos, que envió barras con alta cantidad de proteína para alimentar a medio millón de personas.
El organismo tiene 10 personas en el terreno, instalará bases y obtendrá información para el resto de los centros para determinar cuánta comida y suplementos se requieren, afirmó Bill Campbell, funcionario de la organización.
El gobierno ha declarado el estado de calamidad nacional, lo que le permite controlar los precios de productos básicos, incluida la comida.
El problema en este momento es determinar qué se necesita para los heridos. La geografía complica el asunto, debido a que la población filipina está distribuida en 800 de las 1,700 islas que componen el archipiélago.
"Nos estamos moviendo para rentar botes y helicópteros e intentar hacer lo que sea para llegar a las áreas remotas", afirmó Nicolai.
La buena noticia, si es que puede haber una tras el desastre, es que Filipinas tiene una infraestructura médica, a diferencia de otras regiones en las que trabaja Médicos sin Fronteras, según Niolai.
"Esto significa que tenemos un equipo médico educado y con experiencia, pero nos estamos enterando que muchos están perdidos o muertos, por lo que al igual que otros grupos que están respondiendo, intentaremos ayudar y reforzar a lo que hay ahí".