Filipinas está acostumbrado a los tifones, pero 2013 ha sido "un año excepcionalmente malo" y la vulnerabilidad del país ante el cambio climático es una "realidad aceptada", dijo el presidente Benigno Aquino en una entrevista con CNN.
Mientras su país lucha por recuperarse de una de las peores tormentas registradas en la historia, Aquino lanzó una advertencia a los países desarrollados para que asuman su responsabilidad moral debido a que el
El tifón Haiyan tocó tierra en el país el viernes pasado y dejó una devastación que las autoridades aún no terminan de evaluar.
Sobre los funcionarios de gobierno locales y policiales que estimaron unas 10,000 muertes —contra las 2,275 confirmadas hasta ahora— Aquino dijo que son "demasiadas" y que el número probablemente se acercará a los 2,500.
"Hubo un trauma emocional involucrado con esa estimación", dijo. "(Los funcionarios) no tenían bases para ello".
El presidente dijo que el recuento de víctimas continúa y que intenta contactar a las 29 municipalidades para dar un número total.
Sobre la reacción de su gobierno ante la crisis, Aquino señaló que cree que la respuesta inmediata en general fue "tranquilizadora" para la mayoría de las personas, pero que hay "dos o tres" gobierno locales abrumados por la situación.
Por ejemplo, en Tacloban, una de las zonas más afectadas, solo había 20 policías disponibles de los 290 que hay, pues tras el desastre muchos fueron a ayudar a sus familias, dijo.
Dominique van Heerden contribuyó con este reporte