La víctima más reciente por las lluvias en Brasil es un niño de siete años
Un niño de siete años sepultado en la tierra a causa de un deslizamiento es la más reciente víctima que han dejado las lluvias en el sudeste de Brasil, donde la cifra de muertos alcanzó los 34, de acuerdo con cifras de la Defensa Civil en Espíritu Santo y Minas Gerais.
El niño vivía en Minas Gerais y había desaparecido hace una semana; otro hombre que también fue sepultado cuando cuatro viviendas quedaron sepultadas por tierra lama y piedras vivía en Espíritu Santo, de acuerdo con autoridades locales.
El número de personas que tuvieron que abandonar sus viviendas por inundaciones y deslizamientos llegó a 53,100, añadieron los cuerpos de Defensa Civil de los dos estados más afectados por las lluvias de los últimos 10 días.
El deslizamiento en el que murió el niño de siete años también provocó la muerte de cuatro familiares del menor, cuyos cuerpos fueron encontrados el día del accidente.
Las inundaciones y los deslizamientos destruyeron 67 viviendas y provocaron daños en otras 6,148 en Minas Gerais. Tres personas siguen desaparecidas tras deslizamientos en Espíritu Santo.
De los 78 municipios de Espíritu Santo, 49 ya declararon estado de emergencia o de calamidad pública por las lluvias, que también destruyeron o provocaron daños en tramos de cerca de 20,000 kilómetros de carreteras.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, viajó el martes a Espíritu Santo y sobrevoló en helicóptero varias áreas inundadas. Ese día anunció acciones de diferentes ministerios y el envío de ayuda para atender a los damnificados.
La mandataria aseguró que la prioridad del gobierno es rescatar a las cientos de familias que quedaron aisladas en municipios afectados por inundaciones y por crecidas de ríos, así como ofrecer abrigo a las familias que perdieron su vivienda.
Ordenó el envío a la región de soldados del Ejército y de agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad que, con sus helicópteros y camiones, han ayudado a los equipos de rescate en las tareas de ubicación y remoción de personas aisladas.
El gobierno también envió 9,000 equipos para atención de damnificados, que incluyen frazadas y material de higiene personal; así como 10,000 más en medicinas, cada uno con capacidad para abastecer hasta 1,500 personas en 30 días; 20,000 frascos con químicos para la purificación del agua y varias toneladas de alimentos.