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Brasil despliega un plan de emergencia contra la violencia en sus cárceles

El gobierno anunció medidas de control en las prisiones después de las revelaciones sobre la violencia entre los internos
vie 10 enero 2014 09:24 AM

Después de un año de protestas y denuncias por corrupción, Brasil vive otra crisis social con epicentro en sus cárceles después de que un video mostrara esta semana cómo un grupo de internos decapitaba a otros reos en una prisión. El gobierno pretende revisar la situación penitenciaria a menos de medio año de que el país latinoamericano albergue el Mundial de Futbol.

A raíz de la publicación del video, la ONU instó este martes a las autoridades brasileñas a abrir una investigación "inmediata, imparcial y efectiva" sobre la violencia en los centros penitenciarios del estado de Maranhão. El video, difundido por el diario brasileño Folha de Sao Paulo, muestra las imágenes supuestamente tomadas por los presos de Pedrinhas, en el que se puede ver la decapitación de tres reos.

El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville, se refirió a la necesidad de "reducir el hacinamiento" de los internos y ofrecer a estos unas "condiciones dignas" en su privación de libertad, dijo en entrevista con EFE.

Amnistía Internacional denunció este miércoles la "violencia" y "hacinamiento" generalizado en las cárceles brasileñas. "Las prisiones son una mazmorra, con condiciones de animales. Son un depósito de seres humanos en pésimas condiciones (...). Hay una situación generalizada de hacinamiento, de pésimas condiciones de salud, de higiene", dijo el asesor de Derechos Humanos de Amnistía Internacional Brasil, Alexandre Ciconello, de acuerdo con un reporte de la misma agencia.

“No se trata de un caso aislado, el nivel de brutalidad de las cárceles brasileñas es muy alto", dijo Ciconello sobre el video. "Es algo que viene pasando desde hace años. Desde 2007 hasta hoy 169 personas fueron asesinadas en presidios de Maranhao. El gobierno ha hecho poco para cambiar la situación", añadió. Un conteo del diario Folha de Sao Paulo señala que las cárceles brasileñas registran de media una muerte cada dos días.

El ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, anunció este jueves un plan de emergencia con 11 medidas para detener la crisis que afecta a las cárceles de Maranhao, en el noreste del país, según fuentes oficiales citadas por EFE. 

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En las cárceles de Maranhao, 62 presos murieron desde enero de 2013 en una ola de violencia que tomó las calles de ese estado, con atentados ordenados desde las prisiones en respuesta al refuerzo de la seguridad.

Medidas de urgencia

En una reunión extraordinaria este jueves, la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia calificó como "dramática" la realidad de las cárceles y planteó una serie de acciones para poner coto a las "sistemáticas violaciones" en los presidios del estado nororiental. La jefa de Estado, Dilma Rousseff, también analizó el caso con el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo.

El consejo reconoció que esa situación es especialmente grave en la cárcel de Pedrinhas, en Sao Luis, donde además de las muertes de presos se han denunciado "violaciones de familiares" en los días de visitas, lo cual refleja una "ausencia absoluta de control" por parte de las autoridades, de acuerdo con un reporte de EFE.

Entre las medidas anunciadas destaca el traslado de presos de los presidios con mayor índice de hacinamiento y la revisión de las fichas de los presos para detectar a los preventivos, que están en la cárcel antes de haber sido juzgados, y a los que han excedido su tiempo de condena.

También se pondrá en marcha un plan de inteligencia dentro de los centros penitenciarios y se creará un núcleo de atención a familiares de presidiarios. Se abrirán 2,800 nuevas plazas en el sistema penitenciario de Maranhao hasta diciembre de 2014, para reducir el hacinamiento y evitar así los habituales enfrentamientos entre mafias rivales, según anunció el ministro.

Las prisiones brasileñas albergan a unos 550,000 internos, lo que supera en un 30% su capacidad y supone la cuarta población penal del mundo en términos absolutos, por detrás de Estados Unidos (2.2 millones), China (1.6 millones) y Rusia (740,000), de acuerdo con cifras oficiales citadas por EFE.

La estadística oficial dice que el año pasado fueron asesinados 282 reclusos en diversos episodios de violencia, que en general se vinculan a disputas entre los internos por el control del tráfico de drogas y otros "comercios" ilegales tras las rejas. La cárcel de Pedrinhas es un reflejo de esa realidad y alberga a 2,196 detenidos, pese a que tiene capacidad para 1,770.

Con información de EFE.

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