Muere el japonés que rechazó rendirse tras la Segunda Guerra Mundial
Hiroo Onoda, un soldado japonés que se negó a dejar de pelear la Segunda Guerra Mundial hasta 1970, murió en Tokio a la edad de 91 años.
Durante la guerra, Onoda fue enviado a la pequeña isla de Lubang al occidente de las Filipinas para espiar a las fuerzas estadounidenses en el área .
Terminó permaneciendo ahí, haciendo una vida en la jungla, hasta 1974, casi tres décadas después de que Japón se rindiera.
Las fuerzas aliadas vencieron al Ejército imperial japonés en Filipinas en 1944, pero Onoda evadió la captura y permaneció ahí.
Durante casi 30 años, sobrevivió con comida que recolectó de la jungla o la que robó de los granjeros locales. Se cree que fue un soldado imperial acérrimo, quien se negó a aceptar que Japón había perdido la guerra.
Eventualmente fue persuadido de salir de su escondite en 1974 después de que su excomandante viajara a Lubang a verlo e informarle que estaba liberado de sus obligaciones militares. En su viejo y gastado uniforme, Onoda bajó las armas y regresó a Japón y en 1975 se mudó a Brasil.
Onoda murió de pulmonía la tarde del jueves en el hospital St. Luke en Tokio donde permaneció enfermo desde diciembre, según un miembro de la organización Onoda Shizenjyuku.
Yoko Wakatsuki reportó desde Tokio y Jethro Mullen reportó y escribió desde Hong Kong. Junko Ogura de CNN contribuyó con este reporte.