Los 'cupidos' de la aduana revisan las flores de San Valentín
En las semanas que preceden al Día de San Valentín, Rosie Maizuss adquiere gran poder; es como un Cupido moderno capaz de influir en millones de romances, dependiendo de si detecta el menor detalle.
Maizuss es la inspectora federal a cargo de los millones de rosas y otras flores que llegan desde México y otras partes de América Latina con la intención de enviarlas a las parejas de Estados Unidos.
Su labor es monumental: ella y otros inspectores del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos están en una de las épocas más ajetreadas del año —el Día de las Madres es la otra— en la frontera entre México y Estados Unidos, cerca de San Diego.
A lo largo de seis semanas, ella y su equipo olerán, tocarán, revisarán e inspeccionarán los 19 millones de flores cortadas que se envían para el Día de San Valentín que se celebrará el viernes.
"Sabemos que tendremos una afluencia de flores frescas, pero tenemos un operativo especial que se concentra más en la inspección" durante la locura de la festividad, dijo Maizuss.
Aunque la cifra es abrumadora, el cruce fronterizo de la Mesa de Otay en California no es el puesto más ajetreado en cuanto a inspecciones florales se refiere. Ese título lo ostenta Miami: durante el Día de San Valentín del año pasado, las autoridades procesaron la asombrosa cantidad de 738 millones 200,000 flores cortadas procedentes de Colombia, Ecuador, México y otras partes.
La Mesa de Otay ocupó el tercer lugar en la clasificación de puestos con mayor procesamiento de flores del año pasado y es el sexto en cuanto a detecciones de plagas vegetales en los embarques. El año pasado se encontraron en total 59 bichos.
Para quien disfruta de expresar sus sentimientos, la Mesa de Otay es una instantánea del arduo viaje de los envíos de rosas para el Día de San Valentín… ¿O acaso es una metáfora del vuelo de la flecha de Cupido? No es distinto a… bueno, al amor verdadero.
Lo que da importancia al trabajo de Maizuss es que debe evitar que las flores malas provoquen daños catastróficos en suelo estadounidense. Con tal fin, ella y sus colegas se aseguran de que las flores no tengan enfermedades, insectos ni plagas microscópicas que, si entraran a tierras estadounidenses, podrían borrar sectores enteros de la industria agrícola y floral estadounidense.
"Lo que hacemos es tomar una muestra al azar de cada variedad de flor e inspeccionarla en una zona de selección en el interior o afuera en la plataforma", explicó Maizuss en el cruce fronterizo, en donde el tránsito de autos rutinariamente se retrasa por una hora o más.
"Buscamos cualquier variedad de plaga", agregó. "Las que se pueden reportar son las que ya tenemos en Estados Unidos; las que requieren medidas son las que no queremos tener en Estados Unidos porque son invasivas, porque son un problema grave para Estados Unidos".
"La industria de las flores cortadas es enorme y es muy importante que la protejamos en todo momento", dijo Maizuss, jefa de especialistas en agricultura.
El año pasado, los inspectores encontraron en total 1.715 plagas en las flores para San Valentín en todos los puertos de entrada, según las cifras federales. Los insectos que se interceptaron con más frecuencia fueron los áfidos, tisanópteros, polillas, moscas minadoras y garrapatas.
Tanto celo se traduce en dolores de cabeza para los camioneros que esperan detenidos en el tránsito de la bulliciosa frontera entre Estados Unidos y México, ya que se verán obligados a regresar si no pasan la inspección de Maizuss.
"Recuerdo que me han regresado en algunas ocasiones", dijo el camionero Samuel Serrano.
Eso significa que tuvo que regresar a Maneadero, cerca de Ensenada, en México, en donde descargó las flores para que las fumigaran. Finalmente pasó la inspección en otro viaje a través de la frontera, recuerda.
Es una protección necesaria que los camioneros mexicanos, como Jesús Sanchez Lopez, entienden, aunque sienten la presión de los mercados estadounidenses para entregar las rosas, claveles, girasoles y espuelas de caballero para el 14 de febrero.
"Cuando nuestras flores no están limpias, nos regresan a México y tenemos que limpiarlas, bajarlas del camión y volver", dijo Sanchez, quien no pasó la inspección en varias ocasiones.
Algunos rechazos terminan con la pérdida total de ese embarque, dijo. Sanchez, quien también transporta flores desde Ensenada, a unos 100 kilómetros de la frontera.
"Cuando eso ocurre perdemos dinero y tiempo; es un gran problema porque tenemos que regresar y no podemos entregar las flores", agregó. "En realidad no sabes hasta que llegas y te dicen que algunas de tus flores están infestadas".
A pesar de esos reveses, la demanda de amor sigue siendo insaciable, dicen los camioneros. "Las últimas dos semanas han sido muy ajetreadas por la celebración del Día de San Valentín", dijo Serrano.
Jaqueline Hurtado reportó desde la Mesa de Otay, California; Michael Martinez reportó y escribió desde Los Ángeles.