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Una huelga de barrenderos 'ensucia' la labor de limpieza en Brasil

Trabajadores en huelga piden aumento salarial mientras calles de Río y la playa de Ipanema han tenido problemas con los desechos
jue 06 marzo 2014 04:47 PM

Bajo escolta policial para protegerse de colegas huelguistas, cientos de barrenderos comenzaron a limpiar este jueves las calles de Río de Janeiro, tapizadas de desechos, mientras la famosa playa de Ipanema permanece transformada en un basurero a cielo abierto.

Luego de cinco días de Carnaval y montañas de basura incompatibles con la imagen de la Cidade maravilhosa, el alcalde de Río, Eduardo Paes, decidió que guardias municipales acompañen a 300 camiones de recolección de basura.

Paes aseguró que la mayoría de los barrenderos se presentaron a sus puestos de trabajo el sábado, al inicio de una huelga decretada por varios cientos de trabajadores sin apoyo del sindicato, pero varios huelguistas "les impidieron trabajar por la fuerza".

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El alcalde dijo incluso que autobuses que transportaban barrenderos fueron detenidos por hombres armados cuando se dirigían al Sambódromo, cuyo entorno quedó inundado de desechos tras el carnaval, que atrajo a casi un millón de turistas de todo el mundo.

Los huelguistas reclaman desde el sábado un aumento de sueldo a 1,680 reales (unos 726 dólares o 9,500 pesos, con prima de trabajo antihigiénico incluida), mientras el sindicato y la empresa municipal de limpieza (Comlurb) llegaron a un acuerdo para una mejora a 1,224 reales (unos 529 dólares o 6,955 pesos) a inicios de la semana.

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El jueves, varios barrios fueron limpiados, por ejemplo Copacabana, Botafogo, Lapa o el sector portuario, como se congratuló la Comlurb, que dio cuenta de "una gran mejora en relación a los últimos días".

Pero "en la zona oeste, hubo problemas de asiduidad en algunos puestos de trabajo" y "se registraron incidentes en Recreio dos Bandeirantes y Pedra de Guaratiba, con destrozos de camiones de basura que perjudicaron el trabajo programado en el sector", añadió.

La Comlurb había anunciado el despido de 300 barrenderos, pero la medida fue anulada por el alcalde para aquellos que regresaron al trabajo este jueves. Sin embargo, algunos aún resisten y aseguran que harán huelga hasta obtener todas sus reivindicaciones.

"El verdadero Brasil"

Una manifestación en el centro de Río reunió este jueves a unos 300 barrenderos que gritaron consignas contra el alcalde, la Comlurb y el sindicato.

"¡El Carnaval y la Copa del Mundo son para la imagen del país en el exterior, pero no es el verdadero Brasil!", lanzó uno de ellos al micrófono, antes de que todos  corearan el eslogan que se repite en todas las manifestaciones callejeras de Río: "Nao vai ter Copa"  (¡No habrá Copa!).

Al igual que en la zona oeste, se registraron incidentes en Ipanema, donde la playa y la elegante avenida frente al mar estaban tapizadas de basura, y las canastas de desechos llenas a reventar.

Los empleados de una empresa subcontratada para hacer la limpieza en Ipanema fueron enfrentados por unos 30 huelguistas, dijeron a la AFP varios vecinos, trabajadores locales y miembros de las fuerzas del orden.

Un camión de la Comlurb con la leyenda "Recolección selectiva" juntaba de hecho todo lo que podía en la avenida Vieira Souto, que bordea el Atlántico y donde se encuentran algunos de los apartamentos y hoteles más caros de la ciudad.

"Debemos ayudar, y lo hacemos como si fuésemos ladrones, a toda velocidad, a causa de los huelguistas", contó un empleado que pidió el anonimato. "Pero yo estoy de acuerdo con ellos, se pelean por nuestros derechos y nuestros salarios".

Los trabajadores locales están divididos. "No es muy bueno para el turismo", estimó el barman Alex de Oliveira, de 26 años. "Los comprendo, ganan demasiado poco para el trabajo que hacen", dijo por su lado José Rodrigues, empleado de un kiosco de alquiler de sillas y sombrillas en la playa.

Entre la basura, la lluvia y las nubes, Ipanema está irreconocible. "¡Está muy fea!", lamentó Guillermo Mullins, un chileno de 62 años que está de vacaciones con su esposa. "Huelga o no, Río está siempre sucia. Es un problema de educación y de cultura. No nos dan ganas de regresar".

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