Adolfo Suárez, conciliador de una España dividida por el franquismo
El histórico periodo de la transición española, que marcó el antes y el después de la dictadura franquista, tuvo en el presidente Adolfo Suárez González a uno de sus principales protagonistas.
Suárez, quien falleció este domingo a los 81 años, logró conciliar a los partidarios y detractores del mandato de Francisco Franco. Fue el primer civil en encabezar el poder Ejecutivo español tras casi cuatro décadas del régimen dictatorial que conocía bien, pues fue donde inició su carrera política.
A sus 43 años, el rey Juan Carlos lo designó —por su habilidad de diálogo— como el encargado de la trascendental tarea de organizar un gobierno y convocar a las elecciones del 15 de junio de 1977, en las cuales contendió y resultó ganador.
"Puedo prometer y prometo", fue la frase que utilizó para ganarse la confianza de los españoles que buscaban dejar atrás la etapa de la dictadura.
Aunque era poco conocido en toda España, antes de asumir la transición había militado en el franquismo, donde fue viceministro del Movimiento y procurador en Cortes durante dos legislaturas.
Como encargado del gobierno, formuló la Ley Fundamental de Reforma Política que puso fin al franquismo, y que sacó de la clandestinidad a las organizaciones políticas combatientes de la dictadura, entre ellas el Partido Comunista Español.
Suárez se convirtió el 3 de julio de 1977 en el primer presidente electo en votaciones libres, y reunió a las fuerzas políticas para la redacción de la Constitución que fue aprobada por los españoles el 6 de diciembre de 1978.
También descentralizó el gobierno para crear el modelo de regiones autónomas del país.
Como mandatario tuvo que enfrentar en su primer periodo actos de terrorismo, problemas de la carestía de productos y desempleo, pero fue ratificado en las elecciones del 3 de marzo de 1979 para un segundo periodo al frente del gobierno español.
Duras críticas a su gestión, sumadas a una crisis de su partido (Unión del Centro Democrático), así como la cada vez más creciente pérdida de apoyo social, lo llevaron a dimitir el 29 de enero de 1981.
"Mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia. Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España", dijo Suárez.
Se retiró de la política en 1991, para dedicar su tiempo, dijo, a quien le había faltado en esos años: su familia. "Yo ya he hecho mi trabajo y ahora tengo deudas que cumplir con ella, por tantos años que he dedicado a la política", dijo.
Memoria en blanco
El alzhéimer se encargó de borrar de la memoria de Adolfo Suárez casi todos sus recuerdos, incluido el de que fue uno de los hombres claves en la transición.
"Ya no recuerda que fue presidente del gobierno, no conoce a nadie y solo responde a estímulos afectivos como al cariño", dijo su hijo Adolfo en una entrevista televisiva de 2005, en donde por primera vez habló del padecimiento crónico degenerativo del exmandatario.
El gusto por dedicar el resto de su vida fuera de la política a su familia —integrada por su esposa Amparo Illana, y sus hijos Miriam, Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier— tuvo episodios amargos.
Tanto a su esposa como a su hija Miriam les fue detectado cáncer entre 1992 y 1993. En mayo de 2001, el expresidente tuvo que afrontar el funeral de Amparo y, al mismo tiempo, luchar junto a su hija en el combate al padecimiento.
Finalmente sepultó a su primogénita en marzo de 2003, pero ese dolor Suárez lo pasó ya padeciendo los principios del alzhéimer, según EFE.
Suárez siempre agradeció al rey Juan Carlos el haberle permitido llevar a España a la democracia, en un periodo de dificultades que pusieron a prueba toda su capacidad.
"Ganamos la libertad de expresión. Yo legalicé los partidos políticos. Se necesitaba el máximo nivel de comunicación. El proceso tuvo muchas dificultades. Hubo asesinatos y atentados. Y, sin embargo, logramos crear una situación impensable unos años antes”, reflexionó sobre esos años.
“Creo que fue sobre todo un período de mucho sentido común."
Con información de EFE