Turquía, bajo la amenaza de la división tras las elecciones municipales
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, prometió ajustar cuentas con sus enemigos tras lograr una amplia victoria en las elecciones municipales del domingo, lo que augura nuevas tensiones en un país dividido por los escándalos de corrupción.
"Iremos a buscarles hasta en sus escondites (…) pagarán el precio", dijo poco tiempo después de darse a conocer los resultados ante miles de partidarios reunidos delante de la sede del partido que representó, Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en Ankara. Erdogan retomó su retórica agresiva de campaña contra la oposición y en particular contra los "traidores" de la organización del imán Fethullah Gülen, la cual prometió "eliminar".
Erdogan fue acusado de corrupción en febrero, luego de que se dieran a conocer supuestas grabaciones de llamadas telefónicas en las que habla con su hijo de “esconder dinero”. Las elecciones de este domingo fueron un “referéndum” en el que se hizo evidente el efecto que tuvieron las escuchas en la aceptación del primer ministro ante los votantes turcos.
Los candidatos de su partido lograron el 45,5% de los votos, muy por delante de su principal opositor, el Partido Republicano del Pueblo (CHP). El AKP incluso logró un golpe doble al conservar las dos mayores ciudades del país, Estambul y Ankara, la capital.
El partido de Erdogan, que ha ganado todas las elecciones desde 2002, consiguió el 38,8% en las elecciones locales de 2009 y casi el 50% en las legislativas de 2011. A un año del fin de su tercero y último mandato como jefe del gobierno, este éxito electoral confirma su poder a la cabeza del país.
"Ganador de las elecciones (municipales), se presentará probablemente a las presidenciales", dijo el politólogo Soner Cagaptay, del Washington Institute, quien advirtió que Erdogan "enfadará a los liberales, los 'gulenistas' y la oposición laica".
Después de 12 años de poder en Turquía, el primer ministro enfrentó por primera vez la negativa de la sociedad turca cuando en junio de 2013 millones de turcos exigieron su dimisión en las calles.
El escándalo de corrupción amenazó su imagen nuevamente, por lo que el gobierno de Erdogan multiplicó en los últimos meses las medidas autoritarias, entre las que se encuentran el bloqueo de las redes sociales Twitter y YouTube, las cuales le han valido una avalancha de críticas, en Turquía y en el exterior.
En este contexto, su candidatura presidencial podría reforzar las tensiones en un país ya muy dividido. "Erdogan se sentirá ahora invencible", dijo Brent Sasley, de la Universidad de Texas. "Problablemente tratará de tomar su revancha contra los que, a su juicio, han querido lastimarle y hacerle caer", agregó.
"El tono de su discurso (de este domingo) sugiere que Erdogan no va a abandonar su estrategia de confrontación y es muy probable que este ambiente político muy eléctrico se mantenga hasta la presidencial de agosto", estimó el economista Deniz Cicek, analista de la Finansbank de Estambul.
"Nada será como antes. El primer ministro ha elegido avanzar en la vía de la división", lamentó Devlet Bahçeli, el presidente del Partido de la Acción Nacionalista (MHP), que llegó en tercer lugar en las elecciones municipales del domingo.