Rusia crea una ley contra las malas palabras en la música, teatro, cine...
¿Piensas en hacer una película? Mejor deja de lado el lenguaje soez si quieres que sea visto en Rusia. Lo mismo va para obras de teatro. Incluso las estrellas del rock tendrán que dejar sus palabrotas en casa.
El presidente ruso Vladimir Putin firmó este lunes una nueva ley que prohíbe los insultos en las artes, la cultura y eventos de entretenimiento en el país.
Cualquier nueva película que contenga lenguaje obsceno no podrá obtener un certificado de distribución, por lo que no hay posibilidad de proyecciones en el cine.
Y copias de libros, discos compactos o películas que contengan palabras altisonantes solo pueden distribuirse en un paquete sellado con la etiqueta "contiene lenguaje obsceno", según un comunicado del Kremlin.
Según la agencia estatal de noticias ITAR-Tass, los individuos que sean arrestados por usar lenguaje soez se enfrentarán a una multa de hasta 70 dólares (unos 911 pesos), mientras que los funcionarios pueden ser multados con hasta 40 (521 pesos), y las empresas cerca de 1,400 (más de 18,000 pesos).
Hay una multa mayor y una suspensión de tres meses de sus negocios en caso de reincidencia.
La determinación de lo que se considera un mal lenguaje se hará mediante "un examen independiente", informó la agencia de noticias.
Según el Kremlin, la legislación "prohíbe el uso de lenguaje obsceno para garantizar los derechos de los ciudadanos rusos a la utilización de la lengua estatal, y la protección y el desarrollo de la cultura del lenguaje".
La ley podría entrar en vigor tan pronto como el 1 de julio, dijo ITAR-Tass, pero no se aplica a las obras culturales y artísticas que ya han sido emitidas.
Mientras que algunos pueden calificarlo como un intento de limpiar la lengua de la nación, es probable que sea visto por los críticos como el último paso bajo el liderazgo de Putin para limitar la libertad de expresión y la promoción de un punto de vista nacionalista conservador.
Un informe elaborado por el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional en enero puso de relieve una negación de las "libertades básicas" en Rusia, que el año pasado presentó una ley que prohíbe hablar positivamente acerca de la homosexualidad cuando haya menores presentes.
Anna Maja Rappard contribuyó con este reporte.
