La marihuana en Uruguay: ¿cómo funcionará el mercado legal?
Juan Vaz fuma marihuana desde su adolescencia. Primero la compró en el mercado ilegal, después plantó algunas en su casa, y estuvo dos años y cuatro meses preso cuando un vecino lo denunció.
Hoy es miembro de la Asociación de Estudios del Cannabis de Uruguay (AECU), que hasta hace un mes se reunía en casas, alquilaba locales o clubes; ahora, por primera vez, tienen una sede propia. La fachada del lugar está decorada con dibujos de plantas de marihuana. Todo fue pintado de verde. Dentro, hay una biblioteca con varios libros en cuyas portadas se repite una palabra: cannabis.
En una sala unos chicos ven videos sobre la cosecha de marihuana. Y en la habitación que usan como aula se ven varias pancartas; una de ellas dice "basta de pasta, planta tu planta" aludiendo a la pasta base de cocaína.
Hace 20 años Vaz vio cómo la policía se llevaba detenido a un amigo por autocultivo de marihuana, y escuchó sus gritos desde la patrulla policial: “¡Ignorantes! ¡En 10 años todo el mundo va a tener una planta en el balcón!”.
Actualmente, Vaz y otros 44 miembros de la asociación han formado un club cannábico que, ya constituido como asociación civil, deberá registrarse mediante los mecanismos dispuestos por el gobierno uruguayo, que este mes anunció cómo serán los primeros pasos del primer mercado legal y estatal de marihuana del mundo.
El pasado 6 de mayo, el presidente uruguayo, José Mujica, y su consejo de ministros, firmó un decreto de 104 artículos con el que dio vigencia a la ley que reglamenta el consumo, distribución y producción de marihuana, aprobada a fines del año pasado.
El gobierno estima que en noviembre podrá comenzar a venderse marihuana en farmacias. Aún se deberán esperar unos meses para reglamentar el uso de marihuana medicinal.
“Es el resultado de más de seis meses de trabajo de un grupo interdisciplinario de siete ministerios que sostuvieron más de 60 reuniones”, dijo el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, al presentar los detalles del mercado de marihuana uruguayo, el 2 de mayo.
"Quienes produzcan o vendan fuera de este mercado van a estar cometiendo un delito (…) Para nosotros esto es un tema de salud pública y seguridad. Y creemos que para fiscalizar era mejor que el mercado fuera visible y no invisible. Vamos a tener herramientas para mejorar las políticas públicas de salud vinculadas a adicciones. Lo peor es querer negar la realidad y decir que la solución es prohibir el consumo, cuando esto solo ha logrado aumentarlo", agregó.
Los uruguayos y residentes permanentes mayores de 18 años podrán comprar hasta 40 gramos de marihuana por mes en las farmacias. La droga se venderá de a 10 gramos por usuario por semana a un precio de entre 20 y 22 pesos uruguayos (casi un dólar). La sustancia será tratada como un medicamento controlado, por lo que las farmacias deberán estar habilitadas por el Ministerio de Salud Pública. Los consumidores poseerán un algoritmo basado en sus huellas dactilares que los identificará.
En 15 días el gobierno realizará una licitación para otorgar entre dos y seis licencias para la producción de marihuana, que será en predios del área metropolitana (en Montevideo, capital del país, y los departamentos aledaños de San José y Canelones). Se plantarán cinco variedades con un máximo de 15% de THC, la substancia psicoactiva de la planta. Se estima que con 10 hectáreas se producirán entre 18 y 22 toneladas de la droga, suficiente para abastecer la demanda interna.
Los autocultivadores tienen un plazo de 180 días para registrarse y atestiguar que cuentan con las seis plantas que como máximo establece la ley, para producir hasta 480 gramos anuales. También deberán declarar los tipos de variedades de marihuana que poseen y se les podrá exigir mínimos de infraestructura así como muestras de las plantas. La reglamentación les pide que la cosecha se mantenga fuera del alcance de los niños.
Además, se prohíbe conducir bajo los efectos de THC, publicitar la droga, realizar concursos o torneos que inciten a su consumo, así como consumirla en ámbitos educativos, de salud o eventos deportivos.
"Para mi madre antes el loco era yo y ahora es todo el mundo. Ella me pregunta cómo convencí a toda esa gente del gobierno”, dice Vaz a CNNMéxico. Mientras arma un cigarro de marihuana.
Vaz dice que él quiere "que la gente sepa qué está fumando" y que todo esto, en el fondo, "se trata de un tema cultural".
La Asociación de Estudios del Cannabis de Uruguay (AECU) defiende legalmente a los autocultivadores, hace talleres de cultivo, organiza y participa en congresos, y ha apoyado desde el inicio el trabajo del gobierno uruguayo para legalizar la marihuana.
Fumando en la legalidad
Los clubes de membresía tendrán entre 15 y 45 socios y podrán plantar hasta 99 plantas (y 480 gramos anuales por socio). Deberán ser una asociación civil (para lo que necesitarán estatutos) y tendrán que aportar datos de todos sus miembros.
Además se les pedirá un lugar físico a nombre de la asociación y registros mensuales de la producción y su distribución entre los socios. Deberán también tener un responsable físico ya que se les podrán exigir medidas de seguridad y muestras de las variedades plantadas.
El único organismo que importará semillas de marihuana será el Instituto de Regulación del Cannabis (IRCA), que se encargará de controlar todos los pasos de la cadena, la distribución de la droga a las farmacias, y su empaquetado será financiado por las empresas productoras que deberán, además, declarar el origen de sus fondos. Los posibles excedentes de producción, irán a manos del IRCA.
Pero las organizaciones sociales de consumidores consultadas por CNNMéxico mantienen algunos reparos con la implementación de la ley. Critican la cantidad de información que se deben suministrar, la prohibición de realizar concursos o torneos que promuevan el consumo de marihuana y plantean que las exigencias a los clubes harán difícil su instrumentación. De todas formas apoyarán la ley, con intenciones de modificarla en el futuro.
De acuerdo con una encuesta de la empresa Cifra, 64% de los uruguayos está en contra de la ley. Sin embargo 51% de los uruguayos cree que lo mejor es ver qué sucede, mientras que el 46% está a favor de derogarla. La consulta fue realizada entre el 21 y el 31 de marzo a una muestra de 1,013 uruguayos mayores de edad.
En año de elecciones presidenciales (en octubre próximo) los precandidatos Jorge Larrañaga (Partido Nacional, derecha) y Pedro Bordaberry (Partido Colorado, derecha) anunciaron que derogarán la ley. Según Cifra, el Frente Amplio (gobierno, izquierda) tiene 44% de intención de voto, con lo que las elecciones irían a segunda vuelta y la fuerza perdería la mayoría parlamentaria con la que ha gobernado Uruguay los últimos 10 años.
Esta encuesta se hizo a través de consultas telefónicas a 1,000 uruguayos mayores de 18 años, residentes en Montevideo, y con una muestra del interior del país, entre el 21 de abril y el 2 de mayo.