Brasil lidia con huelgas de transporte y policía a 3 semanas del Mundial
Una huelga de conductores de autobús y de policías civiles afectó a dos de las principales ciudades de Brasil, Sao Paulo y Río de Janeiro, a menos de un mes de que inicie el Mundial de futbol en el país.
La huelga de choferes de autobús en Sao Paulo, que comenzó este martes, coincidió con el paro de policías civiles en otros estados del país para exigir mejoras salariales y reformas a la política de seguridad.
Pocos autobuses funcionaron durante la jornada para la población de Sao Paulo, de 20 millones de habitantes en su área metropolitana. Algunas estaciones de metro se vieron desbordadas y miles de pasajeros pelearon para acceder a los vagones, donde viajaron muy apretados.
Muchos choferes de autobús pidieron a los pasajeros que se bajaran de las unidades y dejaron abandonados los vehículos, bloqueando importantes avenidas, en algunos casos por temor a represalias de los huelguistas. Los transportistas levantaron el paro a la medianoche de este miércoles, informó el Sindicato de Conductores de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil.
"Es lamentable (...) una huelga imprevista, no anunciada, una irresponsabilidad con el ciudadano", dijo Gilberto Carvalho, ministro jefe de la Secretaría de la Presidencia, a una radio local.
La autoridad de transporte de Sao Paulo, SPTrans, estimó en un millón de personas las afectadas por la huelga, que según el organismo paralizó 2,400 autobuses de una flota de 15,000.
Hasta 12 de los 28 terminales de autobuses estuvieron cerradas, sobre todo en el centro y sur de la ciudad, según el organismo. Una situación similar vivió Río de Janeiro este mes cuando choferes de autobús realizaron un paro de 48 horas este mes en el que 80% de la flota dejó de operar.
La principal estación de metro de Sao Paulo -donde convergen varias líneas y circulan unas 6,000 personas por hora- era un "caos" y un "infierno" en la hora pico de la tarde, según comentaban los usuarios mientras esperaban en extensas filas.
Una investigación fue abierta por la policía civil para determinar si la paralización de los autobuses constituye un delito, anunció la secretaría de Seguridad de Sao Paulo. Los líderes de la huelga fueron llamados a declarar.
La policía en huelga
Mientras tanto en al menos siete estados de Brasil, los policías civiles -responsables de las investigaciones penales- iniciaron este miércoles un paro de 24 horas para exigir mejoras salariales y reformas a la política de seguridad del país, que según el sindicato que los agrupa es un "caos".
Los policías de Río de Janeiro acordaron extender la movilización hasta la medianoche del jueves, según la edición digital del diario O Globo.
Pese a la huelga, durante la jornada, un 30% de los funcionarios trabaja para atender las emergencias. En total, 16 de los 27 estados apoyan el movimiento, aunque no todos se paralizaron sino que organizaron marchas o asambleas en las propias comisarías, informó el sindicato Cobrapol.
En Brasilia, unos 500 policías civiles y federales, vestidos con camisetas negras, marcharon hacia el Congreso y el ministerio de Justicia, pidiendo la reestructura de la fuerza. "Sin policía civil no hay Copa", decían sus carteles.
La policía federal, responsable de la seguridad en aeropuertos y fronteras , marchó en varias ciudades pero no decretó huelga.
Al acercarse el Mundial y las elecciones generales de octubre, varios sectores -policías, choferes de autobuses, vigilantes bancarios, profesores - han multiplicado sus llamados a huelga.