Cinco datos relevantes sobre las elecciones en Egipto
Los egipcios votan por su próximo presidente este lunes 26 y el martes 27 de mayo.
Habrá solo dos candidatos: Abdel Fattah al Sisi y Hamdeen Sabahi.
Hubo elecciones recientemente en Egipto. ¿Por qué celebran elecciones nuevamente?
Los egipcios vuelven a votar porque Mohamed Morsi, el primer presidente de Egipto electo libremente, quedó derrocado tras un golpe militar el año pasado.
La destitución de Morsi, en julio de 2013, fue la culminación de una campaña de varios meses en la que se pedía que se lo retirara del cargo y de varios días de manifestaciones masivas contra el antiguo líder de la Hermandad Musulmana.
Los críticos acusaron a Morsi de secuestrar la revolución de 2011, de hacer a un lado a los actores moderados y liberales y de arruinar a la de por sí maltrecha economía egipcia.
Morsi rechazó las acusaciones y respondió que el sistema egipcio que gozaba del respaldo de las fuerzas armadas y los personajes leales a Mubarak socavaban su presidencia.
En un sorprendente giro del destino, el hombre que retiró a Morsi del poder —el entonces comandante del Ejército, Abdel Fattah al Sisi— es ahora el gran favorito para ganar la elección presidencial.
Morsi y muchos miembros de la Hermandad Musulmana están presos por varios cargos.
¿Por quién votarán los partidarios de la Hermandad Musulmana?
La Hermandad Musulmana no tiene representante en la elección debido en gran parte a una agresiva campaña de las autoridades egipcias para eliminarlos de la escena política egipcia.
A pesar de que inicialmente se prometió que habría una transición incluyente hacia un gobierno electo democráticamente, las fuerzas armadas egipcias respaldaron al gobierno interino que proscribió a la Hermandad Musulmana el año pasado y la catalogó como organización terrorista.
Hoy, la mayor parte de la dirigencia del grupo está en prisión, están ocultos o se refugian fuera de Egipto.
Ambos candidatos (Abdel Fattah al Sisi y Hamdeen Sabahi) prometieron mantener a la Hermandad Musulmana lejos de la política egipcia si llegaban a la presidencia.
El partido Egipto Fuerte, que encabeza el exlíder de la Hermandad Musulmana, Abdel Moneim Aboul Fotouh, decidió boicotear los comicios.
El partido ultraconservador salafista, Nour, apoyó la elección de Mohamed Morsi en 2012, pero ahora recibe críticas de los grupos islamistas por apoyar a al Sisi.
¿Cuáles son las políticas de cada candidato?
Ambos candidatos se han abstenido en general de dar detalles sobre políticas y decidieron hacer promesas populistas que se ven bien en las entrevistas en televisión.
Ambos prometen arreglar la maltrecha economía egipcia, aunque ninguno ha detallado cómo planea crear empleos, generar ingresos y reducir los onerosos subsidios a los alimentos y los combustibles, medida que se teme que enfurecerá a los pobres de Egipto.
Al Sisi promete mantener a salvo a Egipto al continuar con "la guerra contra el terrorismo", alusión al aumento reciente en los ataques de insurgentes contra las fuerzas de seguridad.
Los críticos temen que al Sisi explote esa circunstancia para sofocar la libre expresión y mantener la represión de la disidencia , medidas que los grupos internacionales de defensa de derechos humanos han criticado agudamente.
Sabahi promete liberar a quienes los grupos de derechos humanos consideran presos políticos y vetar una controvertida ley sobre protestas que establece que los grupos de 10 personas o más no pueden reunirse en público sin la autorización previa del gobierno.
¿Quién tiene más probabilidades de ganar? ¿El ganador podrá estabilizar finalmente al país?
Al Sisi es el gran favorito debido en gran medida al apoyo generalizado del poderoso aparato político de Egipto que incluye a las fuerzas armadas, a los medios de comunicación privados y estatales y a la élite política y financiera de Egipto.
Al Sisi también cuenta con el apoyo popular de los egipcios que lo consideran el hombre que salvó a Egipto de la presidencia de Morsi que, para muchos, tenía propósitos islamistas.
Sin embargo, no hay certezas de que el siguiente presidente pueda llevar estabilidad a Egipto y atraer de nueva cuenta a millones de turistas que han evitado el país tras más de tres años de inestabilidad política.
Para lograr la estabilidad, el siguiente presidente de Egipto debe hacer mejoras tangibles en la economía, mejorar la seguridad y enfrentar las crecientes críticas de los grupos de defensa de derechos y los activistas prodemocracia que temen un retorno al Estado-policía de la era de Mubarak.
¿Cómo afectará a la región y al resto del mundo el resultado de las elecciones?
El resultado de la votación probablemente consolide las relaciones de Egipto con los aliados clave como Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, países del golfo Pérsico que han invertido miles de millones de dólares para apoyar al gobierno egipcio tras el derrocamiento de Morsi.
Las relaciones con Qatar y Turquía —acérrimos partidarios de Morsi y la Hermandad Musulmana— seguirán tensas.
Estados Unidos y las potencias occidentales probablemente sigan manifestando sus inquietudes sobre las supuestas violaciones a los derechos humanos en Egipto, pero mantendrán las relaciones siempre y cuando Egipto respete su tratado de paz con Israel y no se lo considere una fuerza perturbadora en la inestable región.
El triunfo de al Sisi sería un posible golpe a los movimientos prodemocracia en otros Estados árabes que esperaban que la Primavera Árabe marcara el fin de los regímenes de caudillos militares.