"Esta elección es una advertencia, un terremoto": ministro francés
Los partidos de extrema derecha parecen estar listos para asegurar una presencia más sólida en el Parlamento Europeo tras una votación a la que el primer ministro de Francia calificó de "terremoto".
El partido Frente Nacional de extrema derecha de Francia se encaminaba el domingo a ganar una elección nacional por primera vez tras la elección parlamentaria, de acuerdo con los resultados de las encuestas de salida a los que los medios franceses hicieron referencia.
Los partidos de derecha también ganaron terreno en Dinamarca y Austria, según las proyecciones que se publicaron en el sitio web oficial de las elecciones al Parlamento Europeo.
Los electores de toda Europa votaron a lo largo de varios días en las elecciones parlamentarias. Están en juego 751 escaños de 28 países.
Las encuestas de salida indican que los partidos de centroizquierda y de centroderecha seguirán teniendo la mayoría de los puestos en el Parlamento Europeo, órgano que tiene un rol importante en la formación de leyes europeas y que opinará sobre quién debe ser el siguiente presidente de la Comisión Europea.
No obstante, los partidos de derecha y otros grupos que se oponen a la Unión Europea, conocidos como euroescépticos , están ganando terreno de acuerdo con Simon Usherwood, experto en política europea de la Universidad de Surrey.
"Creo que lo que realmente cambió es que hay más grupos en los extremos, particularmente en la extrema derecha, que van a tener mayor presencia en los próximos cinco años del Parlamento", dijo.
¿Eso qué significa?
"No tienen los votos suficientes para impedir que se aprueben leyes", dijo Usherwood a CNN, "pero lo que obtendrán, particularmente la extrema derecha, es tiempo para hablar en los debates, la dirección de ciertos comités; eso significa que tendrán una mayor plataforma para vender su mensaje a los electores".
En Francia, país que cuenta con 74 escaños en el Parlamento Europeo, el Frente Nacional ganó aproximadamente el 25% de los votos según los medios franceses, lo que le dio ventaja sobre el UMP de centroderecha, que obtuvo el 20.3%, y del Partido Socialista del presidente François Hollande, que quedó en tercer lugar con el 14.7%.
Aunque se trató de las elecciones para las legislaturas locales, el domingo quedó claro el impacto potencial que tendrán en el paisaje político nacional de Francia. Los resultados desataron reacciones de asombro entre algunos políticos franceses y dieron pie a discursos triunfantes de otros.
"Esta elección es más que una advertencia. Es un choque, un terremoto", dijo el primer ministro socialista, Manuel Valls, de acuerdo con el resumen de sus comentarios que se publicó en el sitio web del gobierno francés. "Ninguno de nosotros puede evadir sus responsabilidades".
Describió a las elecciones como "un momento muy serio para Francia y para Europa" y señaló que las proyecciones indican que los votantes están escépticos sobre la Unión Europea .
Mientras tanto, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, dijo que los resultados eran la señal de que el pueblo exige un cambio. "El pueblo soberano proclamó que quiere volver a tener en sus manos las riendas de su destino. Nuestro pueblo exige una clase de política: política para los franceses, de los franceses, con los franceses. Ya no quieren que los dirijan desde afuera", dijo.
Señaló que la votación demuestra que el presidente François Hollande debería disolver el Parlamento francés, que se compone de legisladores provenientes de los partidos políticos convencionales.
Casi 400 millones de europeos pudieron votar en las elecciones parlamentarias. La participación fue de poco más del 43%, ligeramente mayor a la de la pasada elección en 2009, de acuerdo con el vocero del Parlamento, Jaume Duch.
"El mensaje claro es que la gente no está satisfecha con la forma en la que los partidos políticos convencionales han manejado la crisis económica y les están dando una buena paliza", dijo Petros Fassoulas, presidente del Movimiento Europeo, un grupo pro-Europa.
Antes de las elecciones, los analistas predijeron que era probable que los partidos de extrema derecha triunfaran.
Esos partidos exigen controles fronterizos más estrictos, toma de decisiones nacionalizada y la disolución de la unión monetaria.
Sin embargo, fuera de que les desagrada la burocracia de Bruselas tienen poco en común, así que les es difícil lograr acuerdos, dijo Usherwood.
"Pueden estar de acuerdo en que no les gusta la UE", dijo Usherwood, "pero no pueden ponerse de acuerdo en qué les gusta ni en cuál es la respuesta".
Pierre Meilhan, Jim Bittermann, Ivana Kottasova, Jonathan Mann y Bryony Jones contribuyeron con este reportaje.