La visión externa del Mundial, la de los brasileños en México
A 7,435 kilómetros de distancia de Sao Paulo, donde será la inuaguración del Mundial este jueves, integrantes de la comunidad brasileña en el Distrito Federal y que no presenciarán la competencia en vivo comparten el desconetento de los miles de manifestantes que han salido a las calles en su país.
Las manifestaciones no son en contra del Mundial porque a los brasileños les gusta mucho el futbol, más bien son en contra de lo que no se hizo por hacer este evento, dice Luis Roberto Tavares, gerente de sistemas de una emrpesa brasileña en México.
A unas horas de que inicie la Copa del Mundo, los brasileños no olvidan sus demandas de mejores servicios públicos. Hay huelgas por parte de los trabajadores del transporte, y manifestantes y policías han protagonizado episodios de violencia con bombas molotov, barricadas y gases lacrimógenos.
“La gente está descontenta porque gracias al Mundial se gastó mucho dinero y ahora no hay para cosas más importantes como educación o salud”, señala Vania Coxito, maestra de portugués en la Embajada de Brasil.
Sin embargo, para Regina Crespo, investigadora del Centro de Investigaciones Sobre América Latina y el Caribe de la UNAM (CIALC), esta situación no es exclusiva de Brasil ya que todos los países que han sido sede de la Copa del Mundo han vivido situaciones similares.
“En Francia 98 hubo una huelga enorme que se resolvió cinco días después de que ya había iniciado el campeonato y en Sudáfrica también hubo grandes cantidades de problemas y manifestaciones”, afirma Regina Crespo.
Para Luis Roberto Tavares, “el gobierno (de Brasil) construyó estadios en ciudades que ni siquiera tienen un equipo representativo, gastaron en algo que el pueblo no va a utilizar después”.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, decidió albergar partidos en 12 ciudades diferentes, en lugar de las ocho mínimas que requiere la FIFA, para que todo el país tuviera participación durante la Copa del Mundo.
El embajador brasileño en México, Marcos Raposo Lopes, dijo hace dos semanas a CNNMéxico que las reivindicaciones son ocasionadas por el "éxito" que supuso sacar a millones de la pobreza.
Regina Crespo, investigadora del CIALC, menciona que si bien se hicieron gastos, eso no significa la economía de ese país se irá a la quiebra, “hay una cosa importante que es la visita de los miles de turistas durante el Mundial que se traducirá en ingresos y movimiento en la economía tanto formal como informal”.
Vania Coxito asegura que la mayoría de los brasileños saben que la Copa del Mundo es un evento para extranjeros, “una entrada para un partido tiene un costo de aproximadamente 500 reales, lo que equivale a 250 dólares (3,217 pesos), eso sería casi el salario mínimo de los brasileños y es imposible que saquen eso de su sueldo para asistir a los estadios”.
La FIFA señaló este martes en un documento en que responde a las críticas contra el Mundial que cuenta con un gran número de entradas a precios asequibles para los brasileños.
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“Para los partidos de grupo, los brasileños pueden adquirir entradas a partir de 15 dólares. Además, la FIFA ha puesto a disposición de los obreros que participaron en la construcción y de personas socialmente desfavorecidas 100,000 entradas gratuitas", indica el documento.
El organismo rector del futbol internacional reportó que de los 11 millones de solicitudes de entradas, el 70 % proceden de brasileños, y de los 2.7 millones de entradas vendidas hasta la fecha, el 58 % fueron vendidas a brasileños.
¿Brasil será seguro durante el Mundial?
La investigadora del CIALC, Regina Crespo, considera legítimo que la gente proteste pero también señala que al ser un año de muchas coyunturas, una de las más importantes son las próximas elecciones que se celebrarán en octubre, “lo que sucede con el Mundial lo está utilizando la oposición y a la larga no será bueno ni funcional para el país”.
Sin embargo, confía en que los brasileños entrarán en el clima del Mundial porque “es algo que tiene que ver con las tradiciones del país, esa alegría de vivir que la mayoría de la gente tiene y que asocia con el fútbol y la música”.
Para Luis Roberto Tavares, el escenario es menos optimista pues si bien Brasil no será un lugar donde los turistas sufrirán asaltos, “sí será peligroso cuando se encuentren en medio de una protesta porque nunca se sabe cuáles serán las reacciones de la policía y los manifestantes”.
Vania Coxito muestra su preocupación en caso de que la selección brasileña no gane la Copa del Mundo. “Tienen que ganar a fuerza, si pierden quien sabe qué va a pasar”.