China pide a sus conductores que controlen su ira al volante

El gobierno chino emprendió una campaña para poner de relieve los peligros que conllevan la conducción imprudente y la ira al volante

En el extenso terreno de la Escuela de Manejo de Gongjiao, en Beijing, cientos de Volkswagen sedán blancos avanzaban lentamente mientras los estudiantes que conducían aprendían a arrancar, virar y estacionar sus autos.

"Cuando los estudiantes se impacientan por la larga fila, les pido que tengan en cuenta que esto es una probada de los embotellamientos de Beijing", dijo Geng Guizhi, instructor veterano de la escuela a la que unas 10,000 personas se inscriben en un solo mes.

"Les digo que deben conservar la calma y ser pacientes".

Ese consejo es más relevante e importante que nunca ya que las calles de las principales ciudades de China se congestionan cada vez más y generan mucha frustración e ira —así como peligros graves— en las calles.

Las estadísticas del gobierno chino muestran que gracias al crecimiento económico rápido y sostenido, en 2014 la propiedad de automóviles privados se disparó en un 20%: hay 105 millones de autos en todo el país.

La Organización Mundial de la Salud estimó que más de 200,000 personas mueren en los caminos de China cada año.

Desde principios de 2012 y hasta finales de abril de 2015, la Policía relacionó 104 millones de infracciones de tránsito con alguna forma de ira al volante: cambios de carril abruptos, rebases y no ceder el paso.

Mala conducción

En las pasadas semanas, los medios estatales han informado sobre varios casos atroces de ira al volante en China.

A principios de mayo, una joven que conducía un BMW chocó con un autobús en la ciudad de Xuzhou, en el sur de China, cuando trató de cambiar de carril. Los conductores se enzarzaron en una discusión y la mujer pidió a dos amigos que atacaran al conductor del autobús y cuando llegaron los agentes de tránsito, los agredió verbalmente.

Esa misma semana, el conductor de un Mercedes-Benz arrolló y mató a un anciano en la ciudad de Kumming, en el suroeste del país, luego de que el conductor tratara de meterse en la fila de una caseta; luego empezó a discutir con la familia de la víctima.

Uno de los incidentes más perturbadores quedó en video el 3 de mayo, cuando una persecución a alta velocidad entre dos autos, en la ciudad de Changdu, en el suroeste de China, terminó cuando uno de los conductores obligó a la conductora del auto que iba delante de él a detenerse debajo de un paso elevado. Lo que ocurrió después impactó e indignó al país: la sacó a rastras del coche, la arrojó al suelo y la golpeó salvajemente sin mostrar piedad alguna, ni siquiera cuando intentó escapar.

No tan rápido…

Pero la opinión del público cambió cuando se reveló el video que se había tomado desde el auto del hombre. Ese video se tomó antes del incidente y en él se ve que la mujer se le cerró en el último minuto para no pasarse de la salida de la autopista.

Muchas de las personas que apoyaban a la mujer en internet se volvieron en su contra y se desencadenó un debate sobre los conductores que se portan mal y la ira al volante. Miles de personas comentaron que el conducir sin precaución es tan terrible como la violencia deliberada

La conductora sufrió una conmoción cerebral y varias fracturas; ofreció disculpas en una carta abierta, mientras que el conductor sigue tras las rejas en espera de que termine la investigación policial.

"Sin importar lo que ella haya hecho, él nunca debió haber recurrido a la violencia", dijo Liang Di, oficinista de Beijing de 28 años que tomó su primera clase de manejo en la escuela de Gongjiao.

"Pero también creo que la mujer no estaba libre de culpa… todo tiene dos versiones".

La ley de la selva

Ante la mirada vigilante de su instructor, Liang practicó meticulosamente los pasos para arrancar un automóvil de transmisión manual. Al igual que los casi 28 millones de personas que solicitaron una licencia de manejo en 2014, también tuvo que tomar una clase sobre como volverse un "conductor civilizado y seguro".

La clase y el examen obligatorio sobre el tema son parte de la campaña del gobierno por combatir los problemas de los malos conductores y la ira al volante desde la raíz, mientras las autoridades endurecen los reglamentos de tránsito y aumentan las penas para los infractores.

"La conducción ofensiva causada por la ira al volante es una infracción grave a la ley que perturba el orden del tránsito y pone en peligro la seguridad", señaló el Ministerio de Seguridad Pública en un comunicado que emitió tras el incidente de Chengdu. "Los conductores deberían controlar conscientemente su ira al volante".

Los departamentos de Policía de tránsito de ciudades como Beijing incluso producen programas de televisión que se transmiten todas las noches en los canales locales, en los que ponen de relieve las consecuencias potencialmente letales de la ira al volante al mostrar imágenes de accidentes horribles.

Hace poco, justo afuera de las ordenadas "calles" de la escuela de manejo de Beijing, pareció que el mensaje de las autoridades había caído en saco roto en el mundo real, ya que los automovilistas, los ciclistas y los peatones pelean por el espacio entre el constante ruido de los cláxones y los frenazos.

Por ahora, la ley de la selva (todo se vale) parece seguir rigiendo los caminos de China mientras millones de autos nuevos y de conductores novatos salen a las calles cada año para sumarse al caos, a la ira y al peligro.