Trump revive las perforaciones petroleras en el Golfo de México
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva este viernes para ampliar las perforaciones de petróleo y gas en alta mar hasta áreas fuera de los límites actuales, en su última iniciativa para expandir la producción energética a nivel local.
El decreto podría revertir las prohibiciones de practicar perforaciones en zonas que fueron protegidas por su predecesor en el cargo, Barack Obama, en los océanos Atlántico, Pacífico y Ártico y en la parte estadounidense del Golfo de México.
"Es mejor producir energía aquí que ser rehenes de entidades foráneas", dijo el secretario del Interior, Ryan Zinke, a periodistas el jueves en un encuentro informativo sobre el decreto, que se llamará Estrategia de Energía en Alta Mar Estados Unidos Primero.
Trump hizo campaña con la promesa de deshacerse de las protecciones medioambientales de la era Obama , que en su opinión obstaculizan el desarrollo energético y minan la seguridad nacional sin generar beneficios tangibles. La industria aplaudió sus compromisos, que fueron criticados por los defensores del medio ambiente.
Zinke indicó que el decreto obligará a revisar y sustituir el más reciente plan quinquenal elaborado por el Gobierno de Obama sobre el desarrollo del petróleo y gas en la plataforma continental exterior, que incluye aguas federales frente a todas las costas estadounidenses.
La medida invalidará también la iniciativa de Obama para dejar partes del Ártico fuera del alcance de las perforaciones de forma permanente y animará a la realización de más análisis para determinar qué áreas podrían ser ricas en crudo y gas.
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Asimismo, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, revisará las designaciones presidenciales de los 10 últimos años sobre monumentos y santuarios nacionales marinos de acuerdo con la Ley de Antigüedades de 1906.
Semanas antes de dejar el cargo, Obama prohibió nuevas perforaciones de petróleo y gas en aguas federales del Atlántico y el Ártico, protegiendo 46.5 millones de hectáreas frente a las costas de Alaska y 1.5 millones de hectáreas en el Atlántico, desde Nueva Inglaterra y Chesapeake Bay.