Cuando se trata de huracanes, puede que Florida tenga la peor suerte de todo Estados Unidos.
Contando a Irma, este estado ha sobrevivido a 117 golpes directos de ciclones desde que se tiene registro, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Una cifra que supera ampliamente la de otros lugares: por ejemplo, es casi el doble de las grandes tormentas que han afectado a Texas, que está en el segundo lugar.
Louisiana es el tercer estado más afectado por la llegada a tierra de los huracanes. Le siguen Carolina del Norte y Carolina del Sur.
De hecho, el 40% de los huracanes en Estados Unidos golpea justamente a la Florida, aseguró a NOAA. (Algunas veces, los ciclones tocan tierra en múltiples estados, por lo que la cuenta del 40% no aparece en el mapa de arriba).
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Ahora, ¿por qué siempre Florida? Pues bien, los huracanes del Atlántico se forman en el agua tibia de los trópicos y normalmente se mueven en dirección oeste-noroeste con vientos predominantes. Esa situación suele poner a la costa del sudeste de Estados Unidos en la trayectoria de los ciclones: Florida tiene la costa más larga –unos 2,172 kilómetros– de todos los estados a excepción de Alaska. Por eso resulta un gran objetivo.
Además, los huracanes suelen debilitarse a medida que llegan a las aguas más frías del noreste. De ahí que estados como Massachusetts y Maine hayan vivido relativamente pocos ciclones.
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Por su parte, los huracanes en el Pacífico, cuando ocurren, tienden a viajar al noroeste, lejos de la parte continental de Estados Unidos. Los que viajan hacia el norte se debilitan rápidamente a tormentas tropicales: otra razón por la cual un huracán documentado nunca ha tocado tierra en la costa oeste. Así que eso deja Florida con el título poco honroso.
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