Los números de China sobre el coronavirus causan dudas en Occidente

Donald Trump, Emmanuel Macron y el canciller británico han puesto en el tela de juicio la información que el gigante asiático ha proporcionado sobre la pandemia.
Este viernes, la ciudad de Wuhan corrigió su cifra de muertes, incrementando en 1,290, más de un 50%, el número de fallecidos.

China, el país donde surgió la pandemia de un nuevo coronavirus, está en el centro de la controversia por su manejo de la enfermedad, que ya ha causado más de 150,000 muertes y que ha golpeado con dureza la economía global.

Estados Unidos, pero también Francia y Reino Unido, han sido escépticos con el número de muertes y contagios reportados desde Beijing, a pesar de que el país asiático revisó al alza la cantidad de muertos que causó el coronavirus.

Este viernes, la ciudad de Wuhan corrigió su cifra de muertes, incrementando en 1,290, más de un 50%, el número de fallecidos, pero solo 325 la cifra de contagios. Con estos nuevos datos hasta alcanzar un total de 3,869 decesos en la ciudad y 4,632 en un país de más de 1,400 millones de habitantes.

Hasta el momento, todas las víctimas mortales contabilizadas por China engrosaban directamente el total de casos registrados, algo que, a todas luces, no ha sucedido con esta revisión y sobre lo que las autoridades chinas no han ofrecido todavía explicación.

Los casos añadidos tras la revisión deberían ser al menos iguales a las cifras de nuevos muertos, si, como hasta ahora, a quien se da por fallecido por coronavirus se le incluye también en el total de contagiados.

Consultada por Efe, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan no pudo ofrecer de inmediato aclaraciones sobre la contradicción entre los datos revisados de muertes y contagiados.

En una notificación remitida a la agencia estatal, el centro de control municipal indicó que "las revisiones se han hecho de acuerdo a las leyes y regulaciones, así como al principio de ser responsables ante la historia, el pueblo y los fallecidos".

Además, señaló que había cuatro razones para las "discrepancias" por las que se ha tenido que hacer la revisión.

La segunda argumenta que durante el apogeo de la epidemia en Wuhan los hospitales operaron "más allá de sus capacidades" y el personal médico "estaba absorto por salvar y tratar a los pacientes", lo que resultó en que se informase de forma "tardía, con omisiones y de forma errónea".

La tercera razón asegura que, debido al rápido crecimiento de los hospitales designados para tratar a los pacientes del COVID-19 -incluidos provinciales, municipales, privados y centros de campaña construidos temporalmente-, "unas pocas instituciones médicas no se vincularon a la red de información epidémica y fallaron en informar de sus datos a tiempo".

Y el cuarto argumento afirma que la información registrada sobre los pacientes fallecidos "fue incompleta y había repeticiones y errores" en los reportes suministrados.

Desconfianza occidental

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este viernes que el balance real de casos de coronavirus en China es "mucho mayor", incluso después de la revisión de datos.

"China acaba de anunciar una duplicación en el número de sus muertes por el Enemigo Invisible. ¡Es mucho mayor que eso y mucho mayor que el de Estados Unidos, no está siquiera cerca!", tuiteó el mandatario estadounidense.

Estados Unidos es actualmente el país con más muertes reportadas por el virus, con unas 36,721.

Estados Unidos ha criticado la gestión de la pandemia tanto de China como de la Organización Mundial de la Salud. El mandatario acusa a la agencia de Naciones Unidas de recibir demasiada influencia del gobierno chino. Esta semana, Trump decidió retirar la financiación estadounidense a la OMS y prometió una investogación a su gestión.

Trump no es el único que pone en duda la actuación china. El jueves, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que sería inocente creer en toda la información proveniente del gobierno de Xi Jinping.

"No caigamos en esa especie de inocencia de afirmar que era demasiado fuerte [el brote del COVID-19]. No lo sabemos. Y claramente pasaron cosas que desconocemos", afirmó Macron en entrevista con el diario Financial Times.

También desde Reino Unidos llegaron ecos de las críticas a China.

"Tenemos que examinar todos los aspectos, y de una manera equilibrada, pero no hay duda que todo no puede continuar como si no hubiera pasado nada, y tendremos que plantear preguntas difíciles sobre la aparición del virus, y sobre porqué no pudo ser parado antes", declaró el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, en rueda de prensa tras una reunión telemática del G7.

Hasta ahora se cree que el coronavirus apareció en un mercado abierto de Wuhan donde se vendían vivos ciertos animales de especies raras. El nuevo coronavirus sería de origen animal, parecido a un patógeno presente en los murciélagos, y habría pasado al hombre y mutado.

Pero la prensa estadounidense abrió una nueva hipótesis. Según The Washington Post, la embajada de Estados Unidos en Beijing alertó hace dos años sobre las escasas medidas de seguridad de un laboratorio que estudiaba los coronavirus de los murciélagos.

Beijing, bajo críticas internas y externas por supuestamente haber menospreciado la situación y favorecido la dispersión del virus, respondió este viernes a los señalamientos en su contra.

"Nunca hemos ocultado nada y nunca autorizaremos ninguna ocultación", aseguró un portavoz del ministerio chino de relaciones exteriores, Zhao Lijian.

Con información de AFP y EFE