Europa acelera su desconfinamiento, pero con cautela

España e Italia, dos de los países más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus, han comenzado a abrir varios negocias y a permitir algunas salidas a sus ciudadanos.
Italia, uno los países en Europa con el confirnamiento más estricto, ha comenzado la vuelta a la normalidad.

Europa, con Italia a la cabeza, siguió este lunes levantando parte de las restricciones que impuso para frenar la propagación del coronavirus, que ha matado a casi 250,000 personas en el mundo.

En muchos países, las peluquerías han sido los lugares más frecuentados este lunes tras su apertura después de casi dos meses cerradas.

Con más de 1.5 millones de casos, Europa encabeza la lista de contagios, seguida de América con 1.35 millones de positivos por el COVID-19 que, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya ha causado más de 3,3 millones de infecciones y 230,000 muertos en el planeta.

Extremando las precauciones, una quincena de países europeos comenzaron el lunes a aliviar las medidas de confinamiento, impuestas desde hacía semanas.

Empezando por Italia, el país más castigado del continente, con casi 29,079 muertos, cuyos habitantes pueden salir, según un programa de desconfinamiento que varía según la región.

Se reanudan algunas actividades, como las de la industria y las manufacturas, el sector de la construcción y el comercio mayorista, que se suma a los negocios esenciales que nunca cerraron, como alimentación, farmacias o gasolineras, y las librerías y papelerías, que abrieron a mediados de abril.

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Abren parques, se permiten funerales con un máximo de quince asistentes y se podrá visitar a familiares cercanos, pero no hacer reuniones sociales.

Las bibliotecas, museos y tiendas minoristas podrán abrir desde el 18 de mayo y, a partir del 1 de junio, será el turno de bares, restaurantes, peluquerías y centros de estética.

En Roma, Stefano Milano, de 40 años, no escondió su "alegría" por haber recobrado al libertad, pero también reconoció que tiene "miedo" a que una segunda ola afecte a sus padres, ancianos.

"La emergencia no ha terminado", recalcó la ministra de Interior italiana, Luciana Lamorgese.

En España, que registra 25,428 muertos, los ciudadanos empezaron a descubrir el sábado la felicidad de volver a la calle.

Este país inició el fin gradual del confinamiento, con la apertura de pequeños comercios y establecimientos de hostelería aunque con limitaciones, en un proceso que se prolongará hasta finales de junio.

En Barcelona Conchi Navarro, una peluquera de 56 años, abrió este lunes sus puertas y atendía a clientes deseosos de arreglarse sus alborotadas melenas.

También se podrá ir a bares y restaurantes, pero solo para recoger comida, y comienzan a funcionar otros muchos centros de trabajo, por lo que desde hoy es obligatorio el uso de mascarillas en el transporte público.

El vecino Portugal inauguró este la primera fase de su desescalada, que permite abrir pequeños comercios, peluquerías y librerías, entre medidas reforzadas de higiene para dar garantías a los ciudadanos, que han acudido tímidamente y con mascarillas.

Zapaterías, tiendas de ropa, establecimientos de accesorios móviles y alguna relojería levantaron la persiana, en un país con 1,063 muertos y 25,524 contagiados.

Atenas salió del letargo, y al igual que en otros países, con una avalancha a las peluquerías. "Necesitaba salir, reanudar la vida social, y recortarme la barba para no parecer a un oso", bromea Alexis Protoppapas.

En Austria, pionera en la materia, los alumnos de último grado de secundaria volvieron a las aulas, como también lo hicieron los de algunos estados de Alemania.

En toda Alemania este reabren las peluquerías, siempre cumpliendo una serie de precauciones, después de que la semana pasada comenzaran a hacerlo los comercios, incluidos en muchos estados federados aquellos locales con más de 800 metros cuadrados.

También pueden empezar a abrir las iglesias y los templos de otras religiones, aunque no en toda Alemania, donde no se ha decretado el estado de alarma y el deporte individual al aire libre ha estado permitido desde el inicio del brote.

En esta etapa de relajamiento, la regla general sigue siendo la reducción del contacto: la distancia ante otras personas se mantiene en al menos 1,5 metros y las personas solo pueden ir por la vía pública con quienes se conviva o en grupos de a dos (de cinco en el caso de Sajonia-Anhalt).

Francia aún espera y Reino Unido prepara un plan

En otros países europeos, el desconfinamiento todavía tendrá que esperar. En Francia, con 25,201 muertos, empezará el 11 de mayo, pero por regiones.

El objetivo es ir recuperando paulatinamente los diferentes sectores de la economía: a partir del lunes podrán abrir todos los comercios, menos bares, cafés y restaurantes, pero estarán prohibidos los desplazamientos a más de 100 kilómetros del domicilio.

Desde el inicio del confinamiento, los franceses pueden salir de sus domicilios -con una declaración jurada- durante breve tiempo para comprar productos básicos, ir al médico, hacer ejercicio, sacar al perro, pasear o acompañar a los menores.

Bélgica, con poderes especiales del gobierno, ha diseñado una vuelta a la normalidad progresiva en varias etapas y el paso de una a otra dependerá de la propagación del virus, el número de hospitalizaciones y la saturación de las UCI.

En una primera fase a partir de este lunes, aunque el teletrabajo sigue siendo la norma, se reabre la industria y las empresas que dan servicios entre profesionales, así como las mercerías para que los ciudadanos puedan comprar tela para fabricar mascarillas.

A partir de día 11 está prevista la reapertura del conjunto del comercio sin discriminación de tamaño o sector -a excepción de la hostelería, que permanecerá cerrada-, si bien se deberá limitar el acceso para evitar que haya demasiada gente en los establecimientos. A partir del 18 de mayo se retomarán muy progresivamente las clases y la última fase no será hasta junio.

En el Reino Unido -sin estado de emergencia, pero con poderes excepcionales del Gobierno- se espera que el primer ministro, Boris Johnson, detalle esta semana su plan para levantar el aislamiento que, cuando empiece a aplicarse, supondrá una retirada gradual y progresiva de las medidas introducidas.

Estas competencias incluyen poder imponer el cierre de escuelas y negocios, prohibir las reuniones públicas, suspender el transporte, emitir ayudas económicas y sociales y otras iniciativas para garantizar el confinamiento de la población y apuntalar la economía.

El gobierno británico ha indicado que solo levantará las restricciones cuando se cumplan varias condiciones, que incluyen que la sanidad pública pueda afrontar la pandemia, que haya una caída sostenida en las tasas de mortalidad diarias (esta jornada ha sido de 288, hasta un total de 28,734 fallecidos) y que baje a niveles manejables el número de infecciones.

El Ejecutivo también debe poder garantizar pruebas diagnósticas y equipos de protección personal para el sector sanitario y que cualquier cambio no provocará un segundo pico.

Irlanda -también sin estado de emergencia, pero con competencias excepcionales del Gobierno- comenzará el 18 de mayo una desescalada gradual del confinamiento, organizada en cinco fases que se irán implementando cada tres semanas, en función del éxito de la etapa anterior.

Ese calendario contempla que el regreso al trabajo, así como la reapertura de espacios deportivos, teatros y centros comerciales, comience en torno al 10 de agosto, mientras que los colegios y universidades retomarán las clases en septiembre y octubre, aunque ya se ha alertado de que las restricciones pueden volver a imponerse en cualquier momento si se detecta un nuevo brote.

Con información de AFP y EFE