Desde 1922, el uso de plomo tetraetílico como aditivo de la gasolina para mejorar el rendimiento del motor ha sido una "catástrofe para el medioambiente y la salud pública", señaló el PNUMA en un comunicado emitido desde su sede en Nairobi.
En la década de 1970, casi toda la gasolina producida en el mundo contenía plomo y, cuando ONU-Medioambiente inició su campaña para eliminar el plomo en 2002 a través de la llamada Alianza para Combustibles y Vehículos Limpios (PCFV, en sus sigas en inglés), era "una de las más graves amenazas ambientales para la salud humana".
El año 2021 marca, pues, el fin de la gasolina con plomo en todo el mundo, después de haber contaminado aire, polvo, suelo, agua potable y cultivos alimentarios durante la mayor parte de un siglo.
El combustible causa, además, enfermedades cardíacas, apoplejías y cáncer, y también afecta el desarrollo del cerebro humano, con especial daño para los niños.
Un ahorro de 2.44 billones de dólares
Según el PNUMA, el fin de la gasolina con plomo no solo evitará "más de 1.2 millones de muertes prematuras al año", sino que implicará un ahorro para la economía mundial de 2.44 billones de dólares (2.07 billones de euros al cambio actual).
"La aplicación con éxito de la prohibición de la gasolina con plomo es un gran hito para la salud global y nuestro medioambiente", afirmó la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
"Al superar un siglo de muertes y enfermedades que afectaron a cientos de millones (de personas) y degradaron el medioambiente en todo el mundo, estamos fortalecidos para cambiar la trayectoria de la humanidad para mejor a través de una transición acelerada hacia vehículos limpios y movilidad eléctrica", subrayó Andersen.