Francisco habló por enlace de video al Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una agrupación de organizaciones de base y movimientos sociales que llaman la atención sobre la desigualdad en el trabajo, la propiedad de la tierra, la atención médica y otros problemas sociales en el mundo en desarrollo.
Pidió a industrias como la minería y la madera, "que dejen de destruir bosques, humedales y montañas, que dejen de contaminar ríos y mares, que dejen de envenenar los alimentos y las personas".
Francisco dijo que los países ricos y las instituciones financieras deberían cancelar las deudas de las naciones más pobres. Los fabricantes y comerciantes de armas deberían dejar de contribuir "a esos espantosos juegos geopolíticos que costaron millones de vidas desplazadas y millones de muertos".
Los gigantes de la tecnología deberían dejar de permitir el discurso de odio, las noticias falsas, las teorías de la conspiración y la manipulación política, señaló, y pidió un ingreso básico universal y que los países consideren acortar la jornada laboral para que más personas puedan tener trabajo.
"Este sistema, con su implacable lógica de lucro, escapa a todo control humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que se precipita hacia el abismo. Todavía hay tiempo", dijo. "Y así, persisto en mi molestia".
Se refirió a las críticas que ha recibido en el pasado, especialmente de parte de los conservadores de la iglesia estadounidense, cuando ha emitido llamamientos similares.
"Me entristece que algunos miembros de la Iglesia se molesten cuando mencionamos estas pautas que pertenecen a la tradición completa de la Iglesia", dijo refiriéndose al compendio de la doctrina social de la Iglesia publicado por el Papa Juan Pablo II en 2004.
"Pero el Papa no debe dejar de mencionar esta enseñanza, aunque a menudo moleste a la gente, porque lo que está en juego no es el Papa sino el Evangelio", dijo.