De tener éxito sería una de las primeras vacunas contra el COVID-19 a nivel mundial en menores de un año. Cuba está inmunizando con vacunas de producción nacional a toda su población a partir de los dos años.
La directora de investigaciones clínicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), Verena Muzio, explicó que la institución está diseñando una investigación para evaluar la idoneidad de Abdala en niños de entre seis y 11 meses.
También está realizando un estudio clínico en embarazadas vacunadas con Abdala, viendo los resultados en ellas y en el niño cuando nace desde el punto de vista de la seguridad, el desarrollo y de la respuesta inmune recibida de su madre por transferencia pasiva de anticuerpos, refirió la especialista.
Abdala, diseñada y fabricada en el CIGB, cuenta desde octubre de 2021 con la autorización de uso de emergencia por la autoridad regulatoria de Cuba para su inoculación en niños mayores de dos años.
Esta fórmula anticovid, una de las tres desarrolladas y aprobadas en Cuba, tiene una efectividad superior al 90%, según las autoridades sanitarias nacionales, algo que no han confirmado expertos externos independientes.
El CIGB presentó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) este abril el dossier de Abdala, con la cual se han inmunizado varios millones de cubanos, para iniciar su proceso de reconocimiento internacional.
El Gobierno cubano no ha adquirido vacunas en el mercado internacional ni forma parte del Mecanismo Covax creado con el auspicio de la OMS para favorecer un acceso equitativo a la inmunización en naciones de ingresos medios y bajos.
Origen y desarrollo de la vacuna Abdala
El 9 de julio de 2021 científicos cubanos cumplieron uno de los más grandes logors de la biotecnología y de la lucha contra la pandemia de la COVID-19 al obtener, por parte de la autoridad reguladora cubana, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), autorizo el uso de emergencia de Abdala, primera vacuna anti-SARS-CoV-2 desarrollada y producida en América Latina.
Días antes, el 21 de junio, Marta Ayala Ávila, directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) al frente del desarrollo de la vacuna, anunció que en el ensayo clínico fase III, con su esquema de tres dosis, demostró una eficacia de 92,28 por ciento en la prevención de la enfermedad sintomática causada por el virus.
El resultado se debe a que, los más de 48 mil voluntarios de las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo implicados en el ensayo, 153 desarrollaron síntomas tras 14 días de aplicada la última dosis y tuvieron un PCR positivo.
Otros 142 de ellos correspondieron al grupo placebo y 11 a quienes recibieron la vacuna, ninguno había tenido exposición previa a la infección viral, pues se corroboró por determinación de anticuerpos totales al inicio de la investigación.