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El jefe de la ONU pide apoyo por inundaciones en Pakistán

Pakistán calcula los daños en 30,000 millones de dólares y tanto el gobierno como António Guterres culpan de las inundaciones al cambio climático.
sáb 10 septiembre 2022 06:15 PM
António Guterres
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visitó varias zonas de Pakistán asoladas por las inundaciones.

El secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que las inundaciones en Pakistán provocaron una "masacre climática" de magnitud inédita, por lo que y pidió un mayor apoyo financiero mundial para solucionar las afectaciones que achacó al cambio climático acelerado por los países industrializados.

"He visto muchos desastres humanitarios en el mundo, pero nunca he visto una masacre climática de semejante escala", declaró Guterres en una conferencia de prensa en la ciudad portuaria de Karachi, después de visitar zonas afectadas de Pakistán.

Las lluvias monzónicas récord y el deshielo de los glaciares en las montañas del norte provocaron inundaciones que han causado la muerte de más de 1,391 personas, arrasando casas, carreteras, vías férreas, puentes, ganado y cultivos.

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Pakistán calcula los daños en 30,000 millones de dólares y tanto el gobierno como Guterres culparon de las inundaciones al cambio climático.

Enormes zonas del país siguen bajo el agua y cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. El gobierno afirma que la vida de casi 33 millones de personas se ha visto alterada.

Los residentes y el personal sanitario están preocupados por el aumento del número de niños que padecen gastroenteritis y otras enfermedades, ya que muchos se ven obligados a beber agua contaminada de las inundaciones.

Tras sobrevolar vastas extensiones de tierra inundada, Guterres se reunió con personas desplazadas por las inundaciones en el sur de Pakistán.

"Inimaginable", dijo mientras observaba la devastación desde el aire, sentado junto al primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, en unas imágenes compartidas por el ministro de Información del país.

Guterres afirmó poco antes, en Islamabad, que "Pakistán y otros países en desarrollo (...) están pagando un precio atroz por la intransigencia de los grandes emisores [de gases de efecto invernadero] que siguen apostando por los combustibles fósiles".

"Desde Islamabad, lanzo un llamado mundial: paren esta locura. Inviertan desde ya en las energías renovables. Pongan fin a la guerra contra la naturaleza", proclamó.

Pakistán estima que necesitará al menos 10,000 millones de dólares para reconstruir las infraestructuras arrasadas total o parcialmente por las aguas.

Para Guterres, la ayuda financiera de la comunidad internacional "no es una cuestión de generosidad, sino de justicia".

El monzón, que suele durar de junio a septiembre, es esencial para regar las plantaciones y para la reconstitución de los recursos hídricos del subcontinente indio. Pero Pakistán no había vivido unas lluvias tan torrenciales en por lo menos tres décadas.

"Suicidio colectivo"

El viernes, Guterres manifestó su indignación ante la indiferencia del mundo, sobre todo de los países más industrializados, frente al cambio climático. "Es una locura, un suicidio colectivo", señaló.

Pakistán es responsable de menos del 1% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero ocupa el octavo lugar entre los países más amenazados por los fenómenos meteorológicos extremos, según un estudio de la ONG Germanwatch.

Este año, el país ya se ha enfrentado a una ola de calor que llegó a superar los 50 ºC, a importantes incendios forestales y a inundaciones devastadoras causadas por el rápido deshielo de los glaciares.

Este sábado, Guterres debía visitar la ciudad milenaria de Mohenjo Daro, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco y amenazada por las inundaciones.

"Si viene a vernos, que Alá lo bendiga", declaró el viernes a la AFP Rozina Solangi, una ama de casa de 30 años, vecina de una aldea que se inundó cerca de Sukkur, en el sur.

"Todos los niños, los hombres, las mujeres se asan en este calor abrasador. No tenemos comida ni techo. Hay que hacer algo por los pobres", agregó.

La oficina meteorológica nacional indica que durante la temporada del monzón de 2022 llovió cinco veces más de lo normal.

El mal tiempo provocó inundaciones repentinas en los ríos montañosos del norte, que arrasaron carreteras, puentes y edificios en cuestión de minutos, y una lenta acumulación de agua en las llanuras del sur que sumergió cientos de miles de kilómetros cuadrados de tierra.

Cientos de campamentos improvisados surgieron en los escasos espacios secos del sur y el oeste del país. Las carreteras o vías férreas elevadas son a menudo los últimos lugares donde el agua no se deslizó.

Con la gente hacinada, en muchos casos junto al ganado, se teme la aparición de epidemias. Ya se han registrado numerosos casos de dengue, enfermedad propagada por mosquitos, y de sarna.

Con información de Reuters y AFP.

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