Truss es la primera ministra que menos tiempo ha estado en el cargo en la historia del Reino Unido. El récord lo ostentaba George Canning, que duró 119 días en el cargo en 1827, hasta que murió.
Dirigentes del Partido Conservador se habían reunido en Downing Street esta mañana, mientras crecía el número de sus propios legisladores le pedían que dimitiera.
Nombrada el 6 de septiembre, Truss se vio obligada a despedir a su ministro de Economía y aliado político más cercano, Kwasi Kwarteng, y a abandonar casi todo su programa económico después de que sus planes de grandes recortes fiscales sin financiación hicieron caer la libra y los bonos británicos.
Sus índices de aprobación y los de su Partido Conservador se desplomaron.
Truss había perdido el miércoles al segundo de los cuatro ministros más importantes del gobierno —su ministra de interior, Suella Bravermany— y se enfrentó a burlas cuando intentó defender su historial ante el Parlamento. Además, sus legisladores pelearon abiertamente por la política, lo que ahondó la sensación de caos en Westminster.
El nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, se apresura ahora a encontrar decenas de miles de millones de libras de recortes de gastos para tratar de tranquilizar a los inversores y restablecer la reputación fiscal del Reino Unido, mientras la economía se encamina a una recesión, con la inflación en el nivel más alto de los últimos 40 años.
Para los conservadores, el reto ahora es encontrar un sucesor capaz de unir al partido e inspirar confianza en un país que, más allá del caos político, atraviesa una importante crisis económica y social, con una inflación que alcanzó el 10.1% en septiembre, la más alta en 40 años.
Entre los posibles sucesores están Rishi Sunak, Jeremy Hunt, Penny Mordaunt e incluso Boris Johnson, el predecesor de Truss que dimitió acorralado por una serie de escándalos.
Con información de AFP y Reuters