Se trata del nivel previo al rojo de alta peligrosidad, dividido también en dos fases, explicó la coordinadora del organismo, Laura Velázquez, en rueda de prensa.
El Popocatépetl, cuyo proceso eruptivo se reactivó en diciembre de 1994, se ubica en los límites de los estados de México, Morelos y Puebla. La capital de Puebla —del mismo nombre— amaneció este domingo cubierta de una capa gris.
A continuación te mostramos cuáles han sido las erupciones volcánicas que más víctimas se han cobrado desde el siglo XIX.
Volcán de Tambora, Indonesia (1815)
Tambora es un volcán activo que está situado en la isla de Sumbawa en Indonesia. La erupción del volcán el 10 de abril de 1815 es la mayor registrada de la historia. Los flujos piroclásticos se extendieron por 20 kilómetros, toda la flora y fauna de la isla fue destruida y la ceniza volcánica llegó hasta lugares a 1,450 kilómetros de distancia. Antes de la explosión, el volcán Tambora tenía 4,300 metros de altitud y después, paso a medir solo 2,851 metros.
Debido a este fenomeno, en 1816, debido a los efectos de la erupción, en Europa y América del Norte no hubo verano y aquel año se conoció como el "año sin verano". En el hemisferio norte se perdieron cosechas y el ganado murió, provocando la peor hambruna del siglo XIX.
Según el vulcanólogo británico Clive Oppenheimer, la erupción provocó al menos 71,000 muertes. La mayoría de las muertes no fueron directamente por la erupción en sí, sino que por el hambre y las enfermedades provocadas tras la explosión.
La erupción del volcán en Tonga deja dos muertos y daños a sus alrededores
Volcán de Krakatoa, Indonesia (1883)
La erupción del volcán Krakatoa, se sucitó el 27 de agosto de 1883. El colapso de la caldera volcánica acabó con el 70% de Rakata, la isla donde se sitúa el volcán, y el archipiélago de al lado. Las explosiones de este volcán se escucharon en Australia, a 3,110 kilómetros de distancia y, en total, se calcula que hubo 36,416 fallecidos.
La onda de presión que generó la explosión fue tan poderosa que llegó a romper los tímpanos de unos marineros que estaban a 40 kilómetros del lugar. Se cree que el estruendo que provocó es el sonido más alto registrado en la historia, fueron unos 140 decibelies.