"Crueldad"
Desde Venezuela a Centroamérica y México, pasando por Estados Unidos, África y Oriente Medio, los migrantes son una prioridad para Francisco, que suele expresar el dolor por las tragedias que sufren.
Su visita llega además días después que miles de migrantes llegaran a la isla de Lampedusa, lo que obligó a la Unión Europea (UE) a adoptar un plan para ayudar a Italia a gestionar esta ruta migratoria procedente del norte de África.
Preguntado por ello en el avión papal, Francisco, cuyo primer viaje como pontífice en 2013 fue a Lampedusa y visitó también centros de migrantes en Grecia, lamentó la "crueldad" y "falta de humanidad" que se vive en el Mediterráneo.
Más de 28,000 migrantes han desaparecido en sus aguas desde 2014 al querer alcanzar Europa desde África, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Boubacar (pseudónimo), que llegó a Marsella hace diez días, recuerda las dificultades que tuvo que atravesar antes de desembarcar en Lampedusa: "Pasamos 24 horas en el mar sin comer, sin beber, sin hacer nuestras necesidades".
"Fanatismo de la indiferencia"
Aunque delicado de salud, el jesuita de 86 años, que se desplaza en silla de ruedas, emprendió su quinto viaje de 2023 fuera de Italia y el Vaticano, tras visitar República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Hungría, Portugal y Mongolia.