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Los acuerdos de Oslo: un intento fallido de paz entre Israel y Palestina

Hace 30 años, el estado hebreo y la Organización para la Liberación Palestina alcanzaron "declaración de principios" para establecer una autonomía palestina que nunca llegaría.
lun 27 noviembre 2023 05:04 AM
Los manifestantes con carteles y banderas palestinas participan en una "Marcha Nacional por Palestina" en el centro de Londres el 25 de noviembre de 2023, pidiendo un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamas.
Suando los primeros acuerdos de Oslo se firmaron, en septiembre de 1993, había poco más de 110,000 colonos judíos viviendo en Cisjordania. Hoy, la cifra supera los 700,000

Siete semanas de guerra y unas arduas negociaciones que incluyeron la liberación de rehenes por parte de Hamás y de prisioneros palestinos de cárceles israelíes, fueron necesarias para que durante los últimos tres días los combates en la Franja de Gaza se detuvieran.

El 7 de octubre, Hamás mató a más de 1,200 personas en Israel, en su mayoría civiles, y secuestró a 240 más, de acuerdo con las autoridades del país.

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Israel prometió "aniquilar" a Hamás tras el ataque y lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza. Hamás afirma que la ofensiva israelí ya ha dejado cerca de 15,000 muertos en el territorio, incluidos miles de niños.

Esta última guerra inició menos de un mes después del aniversario 30 de un hecho que tenía el potencial de traer a la región, en constante conflicto desde la fundación del Estado de Israel, en 1948.

El 13 septiembre de 1993, Israel y la OLP firmaron en Washington los acuerdos de Oslo, una "declaración de principios" para establecer una autonomía palestina transitoria de cinco años.

Es el primer acuerdo de paz entre Israel y los palestinos sellado por el histórico apretón de manos entre Yaser Arafat y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin.

Los acuerdos no tuvieron seguimiento y terminaron como una gran decepción.

¿Qué se pacto?

El primer paso fue reconocimiento mutuo entre Palestina e Israel como negociadores válidos.

Israel se comprometió a devolver los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, mientras el el liderazgo palestino ratificaba el derecho de existir de Israel.

Se estableció un autogobierno llamado Autoridad Palestina (AP) en la Ribera Occidental y la Franja de Gaza que implicaría la retirada progresiva de las fuerzas armadas israelíes. El Estado de Israel continuaría con la construcción de asentamientos en el resto de territorios ocupados.

En 1994, Arafat regresó triunfalmente a los territorios palestinos ocupados tras 27 años de exilio y creó la Autoridad Palestina.

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Otro de los acuerdos importantes pactados durante los Acuerdos de Oslo incluía tomar medidas de prevención contra actos de terrorismo y hostilidades entre ambos estados, así como la garantía de resolver antes de mayo de 1999 el resto de temas, generalmente más controvertidos: Jerusalén, las fronteras, los refugiados y los asentamientos.

Jørgen Jensehaugen, investigador sénior del Peace Research Institute of Oslo (PRIO) explica en una entrevista con ElDiario.es que, además del reconocimiento mutuo de las partes, era incluso más importante el establecimiento un calendario hacia la solución permanente.

“Se programó para un proceso de negociación de cinco años como primer paso, pero el proceso colapsó”, explicó.

¿Por qué fracasaron?

El acuerdo fue recibido con bastante rechazo en Israel. Yitzhak Rabin, el primer ministro que firmó los acuerdos, fue asesinado en Tel Aviv en 1995 por un extremista judío opuesto al proceso de paz. Unos días antes había firmado los segundos Acuerdos de Oslo.

“Fui hombre de armas durante 27 años. Mientras no había oportunidad para la paz, se desarrollaron múltiples guerras. Hoy estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la paz”, dijo en su último discurso.

Tras la muerte de Rabin, en 1996 se celebraron unas nuevas elecciones, de las cuales emergió un personaje que sería clave para la historia del conflicto: Benjamín Netanyahu, quien entonces obtuvo su primer mandato como primer ministro.

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Netanyahu reprobaba los acuerdos pactados por Rabin en Noruega y propició su suspensión.

La visita del líder de la oposición israelí, Ariel Sharon, en el año 2000 al Monte del Templo, un lugar sagrado para el Islam termina por descarrilar cualquier negociación.

Esta visita dio lugar la segunda intifada palestina.

¿Nacidos para fallar?

El acuerdo tampoco ha sido bien recibido por todos los palestinos, quienes, incluso antes del recrudecimiento del conflicto en octubre, veían con recelo lo negociado y su eficacia.

“No decía una sola palabra sobre el final de la ocupación, no mencionaba el derecho internacional humanitario, tampoco había rastro del desmantelamiento de los asentamientos ilegales…”, dijo Raji Sourani, director y fundador del Centro Palestino para los Derechos Humanos, en septiembre a ElDiario.es

Sourani opina que la solución de dos Estados que parecía vislumbrarse en Oslo “era solo el sueño de la parte palestina y, en parte, de la comunidad internacional”.

Jensehaugen explicó al medio español que los acuerdos no abordaron varios puntos claves del conflicto palestino-israelí, que solo han empeorado.

“La cuestión de Jerusalén no se abordó e Israel tomó la ciudad; los asentamientos no se abordaron y siguieron creciendo; la cuestión de los refugiados no se abordó y siguen en el exilio y sufriendo en campos de refugiados”, dijo.

Por ejemplo, cuando los primeros acuerdos se firmaron, en septiembre de 1993, había poco más de 110,000 colonos judíos viviendo en Cisjordania. Hoy, la cifra supera los 700,000.

Además, la Autoridad Palestina ha perdido legitimidad entre muchos palestinos, principalmente por su tendencia hacia la autocracia.

Las últimas elecciones presidenciales se llevaron a cabo en 2005. Mahmoud Abbas lleva en el poder desde entonces, a pesar de que fue elegido por un periodo de solo cuatro años. Ahora, con 87 años continúa como líder por decreto propio supervisando un sistema cada vez más fallido.

En las elecciones legislativas del año siguiente, el ganador fue Hamás, enemigo de Fatah, el partido de Abbas. A partir de ese momento, el poder de Palestina está fragmentado, con la Autoridad Palestina controlando Cisjodania, y Hamás, en la Franja de Gaza.

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