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París 2024: El escenario perfecto para las protestas contra Macron

La capital francesa está a menos de cuatro meses de recibir la principal justa deportiva del mundo, pero puede enfrentar múltiples desafíos.
mar 02 abril 2024 05:04 AM
Los activistas del colectivo "Le revers de la medaille" (la otra cara de la moneda) muestran boyas inflables en el Jardin du Luxembourg en París durante una manifestación para llamar la atención sobre la desigualdad social exacerbada por los próximos Juegos Olímpicos de París 2024, el 24 de marzo de 2024.
Manifestantes celebraron simbólicamente "una primera prueba" de los Juegos, al lanzar flotadores que representaban los anillos olímpicos en la fuente de los jardines de Luxemburgo.

Entre el 26 de julio y el 11 de agosto todos los ojos del mundo estarán puestos en París. Por tercera vez, la capital francesa recibirá por tercera vez en su historia los Juegos Olímpicos la justa deportiva más importante.

El presidente Emmanuel Macron ha tratado de impulsar su popularidad con la organización de los juegos, después de un año en el que miles de personas se lanzaron a las calles para protestas contra su reforma al sistema de pensiones, que aumentó la edad de jubilación en Francia.

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"2024 será un año de orgullo deportivo francés porque los Juegos Olímpicos y Paralímpicos tendrán lugar en nuestra casa, en Francia", declaró Macron durante su discurso de Año Nuevo el 31 de diciembre.

A cuatro meses para los Juegos, la presión empieza a aumentar en las calles de París.

La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, ha compartido públicamente su preocupación sobre los transportes, que ya generan problemas en el día a día. El reto para ella será presentar al mundo una ciudad acogedora, limpia y con un Sena con una calidad de agua válida para las pruebas previstas.

Para evitar un conflicto social, existen negociaciones en la policía, los transportes y los hospitales, para compensar los días de vacaciones aplazados y las horas extras.

En la recta final hacia los Juegos Olímpicos aparece también un elemento de distracción política, las elecciones europeas previstas para principios de junio, apenas unas semanas antes de la apertura.

Con "perspectivas económicas inciertas" y "un contexto político tenso", como señaló el nuevo primer ministro francés, Gabriel Attal, el último tramo hacia los XXXIII Juegos Olímpicos de la historia se presenta sinuoso.

Protestas antirracistas

Activistas de 'SOS Racisme' organizaron el 24 de marzo un "baile antirracista" bajo la sede del partido Agrupación Nacional (RN) —una formación política de extrema derecha—, para protestar contra las declaraciones de Marine Le Pen a propósito de una posible participación de la cantante Aya Nakamura en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos el 26 de julio.

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La cantante francófona más escuchada en el mundo desde su tema "Djadja", de 2018, ha sufrido ataques desde la publicación a finales de febrero del semanario L'Express de su posible interpretación de canciones de Edith Piaf durante la ceremonia de apertura.

La presidenta de los diputados del RN, Marine Le Pen, se opuso a esta posibilidad, acusando al presidente Emmanuel Macron de querer "dividir" y "humillar" a los franceses", debido a "su vestimenta", "su vulgaridad" o el hecho de que "no canta en francés”.

Como respuesta, una veintena de activistas antirracismo bailaron al son de canciones de la francomaliense y de Edith Piaf ante la sede del partido, cerrada a cal y canto, como pudo constatar un periodista de la AFP.

"Nos preparamos para acoger a todo el mundo con ocasión de los Juegos Olímpicos y tenemos una polémica porque algunos quieren enviar a nuestra artista francófona más importante, de manera simbólica o no tan simbólica, a Bamako", lamentó el presidente de SOS Racisme, Dominique Sopo.

Contra la "limpieza social"

El mismo 24 de marzo, otras asociaciones alertaron por su parte sobre que ocurrirá con las personas que viven en la calle durante los Juegos, como vienen haciéndolo en los últimos meses, denunciando expulsiones forzadas de poblaciones precarias (sin techo, migrantes en campamentos, trabajadoras sexuales...).

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Grupos de activistas "hicieron hablar" a varias estatuas con mensajes como "la limpieza social como legado", explicó Paul Alauzy, portavoz de 'Revers de la médaille', un colectivo que agrupa a cerca de 80 asociaciones y organizaciones.

Después, delante del Senado, celebraron simbólicamente "una primera prueba" de los Juegos, al lanzar flotadores que representaban los anillos olímpicos en la fuente de los jardines de Luxemburgo, como comprobó una periodista de la AFP. Estos flotadores llevaban escritos en negro los "males de los Juegos", según explicaron los activistas (expulsiones, acoso...).

A cuatro meses de la cita olímpica, “3,500 personas duermen en la calle y un millar en los gimnasios" de París, destacó el colectivo. "Hace falta ocuparse de ellos para que la fiesta sea bonita y digna para todo el mundo".

Y en Dugny (norte de París) ante la Ciudad de los Medios de los Juegos, que debe abrir sus puertas el lunes, entre 60 y 70 activistas ecologistas de 'Derecho al Alojamiento' (DAL) protestaron contra la gentrificación y la construcción masiva que afectan las zonas alrededor de las sedes olímpicas, respondiendo a la llamada del colectivo 'Youth for Climate'.

Con información de AFP

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