El próximo gobierno tendrá que lidiar con un sistema de fondos de pensiones en problemas, altos niveles de deuda pública y la pérdida de ingresos por el cierre de la mina, que representaba alrededor del 5% del producto interno bruto.
Aunque la economía creció 7.3% en 2023, este año se desacelerará hasta los 2,5% según el FMI.
Cortizo deja en herencia un déficit fiscal de 7.4%, una deuda pública de 50.000 millones y un sistema de seguridad social colapsado.
"La situación fiscal y económica es muy compleja", opinó el economista Felipe Chapman, para quien el próximo presidente, que lidiaría con un parlamento fragmentado, deberá tomar medidas de ajuste y luego buscar el crecimiento económico con progreso social.
La próxima administración también heredará los problemas que enfrenta el Canal de Panamá, cuyos ingresos cayeron después de que se vio obligado a cortar los cruces de barcos debido a una prolongada sequía.
Y es que en el país con uno de los mayores PIB per cápita de Latinoamérica conviven dos Panamá: el de su capital con rascacielos, lujosos apartamentos y carreteras de avanzada, y el de comunidades sin agua potable, luz, educación, servicios de salud y hasta de recolección de basura.
"Panamá sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo", según un reciente informe del Banco Mundial.
Después de que un récord de 520,000 migrantes cruzaron en 2023 la peligrosa jungla que conecta Panamá y Colombia, conocida como el Tapón del Darién, la migración también está en la mente de los votantes. Algunos candidatos han prometido abrir el paso terrestre, lo que podría aumentar el flujo migratorio, mientras otros quieren reforzar los controles o cerrarlo por completo.
Mulino, exministro de Seguridad de Martinelli con fama de autoritario, prometió "cerrar el Darién". Sus adversarios solo que controlarán la situación.
Con información de AFP y Reuters