La decisión ha generado preocupación entre los defensores del desarme quienes advierten que este movimiento podría debilitar el consenso internacional sobre la prohibición de las municiones en racimo. De acuerdo con un comunicado de la organización Human Rights Watch —y de acuerdo a los informes de transparencia de Lituania— confirmó que nunca ha producido, almacenado, transferido ni utilizado estas arma, sin embargo, decide priorizar el acceso a su seguridad.
Tensión en Europa del Este
Litnuania ha sido persistente sobre su preocupación por el uso de municiones en racimo por parte de Rusia, Siria y otros países. La propuesta del gobierno lituano de retirarse de la convención pondrá en duda este historial positivo frente a otros países, dijo Human Rights Watch.
Tanto Human Rights Watch como las Naciones Unidas han informado que los repetidos ataques rusos con municiones en racimo han matado e herido a cientos de civiles ucranianos desde la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022. Las fuerzas ucranianas también han utilizado estas armas, resultando en víctimas civiles.
Desde julio de 2023, la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha aprobado cinco transferencias de municiones en racimo a Ucrania. Ni Rusia, ni Ucrania, ni Estados Unidos forman parte de la Convención sobre Municiones en Racimo.
Desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, las naciones bálticas han reforzado sus defensas y han intensificado su cooperación con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para protegerse de posibles agresiones. La proximidad de Bielorrusia, aliada de Moscú, también ha contribuido a las crecientes tensiones. Estas circunstancias han llevado a Lituania a reevaluar su política armamentista y su postura en tratados internacionales como la CCM.
Sin embargo, Lituania no se ha presentado en el foro de la convención esta semana y la decisión será efectiva hasta seis meses después de la entrega de la carta según un comunicado oficial de las Naciones Unidas.