La sequía ha reducido el nivel de las aguas del río Solimoes a mínimos sin precedentes, dejando al descubierto el lecho del río frente a la ciudad de Manacapuru, justo río arriba de la ciudad de Manaos, donde se une al río Negro para formar el Amazonas.
Es el segundo año consecutivo de sequía crítica que ha agostado la selva tropical, provocando extensos incendios forestales y dejando varadas a las comunidades ribereñas por falta de transporte, ya que los ríos se han vuelto muy poco profundos para el paso de las embarcaciones.
"Queremos enviar el mensaje de que el cambio climático ya está afectando incluso a la mayor selva tropical del mundo y secando sus ríos", declaró el portavoz de Greenpeace Brasil, Romulo Batista.
"Es la gente que vive fuera de las ciudades de la Amazonia la que está pagando el precio más alto por este evento climático extremo causado por las industrias del petróleo y el gas en todo el mundo", destacó Batista.
La sequía ha aumentado la temperatura del agua de ríos y lagos, matando peces y delfines de agua dulce en peligro de extinción.
El miércoles, junto al banco de arena del río Solimoes, se midieron 40 grados centígrados en el agua, una temperatura insoportable para los peces y los delfines. En el banco de arena se encontraron peces moribundos o esqueletos de peces.